15 de mayo de 2015

La era de los remakes


Vivimos en la era de los remakes, hay que asumirlo. Se ha puesto de moda en Hollywood volver a hacer películas taquilleras de hace unas décadas para la gran pantalla. Sí, los efectos especiales son mucho mejores en las últimas entregas de Star Wars, qué duda cabe, pero ¿son mejores películas? ¿Alguien recuerda el infame remake de Conan, el Bárbaro? ¿O el de Total Recall? Arnold Schwarzeneger ha sido uno de los actores más castigados por la adicción a los remakes, han hecho trizas algunas de sus películas más míticas.

Casi parece que en Hollywood se hubiesen quedado sin ideas originales, ya que tienen que tirar de proyectos que en su momento marcaron tendencia para sacar rentabilidad en la taquilla. Sin embargo, esto puede resultar un poco molesto para quienes hemos visto las películas originales que están versionando actualmente. Es el caso de Mad Max, otra película afectada por el efecto remake, que se estrena este viernes. ¿Alguien recuerda a un joven Mel Gibson liándola en una carretera en la película original?

Los efectos hacen mucho por una película pero no olvidemos la importancia de una buena historia, de una trama que tenga gancho y de un desenlace que llegue al espectador. Hay un sinfín de ejemplos de films recientes con efectos especiales formidables pero cuyo argumento se describe con una sola palabra: insulso. Se me ocurre otra palabra que describe el efecto que películas como After Earth (lo siento Smith pero, simplemente, no) produjeron en mí: “meh”. Y es que los efectos por muy espectaculares que sean no pueden llenar los agujeros que aparecen en historias con tramas vacías.

Creo que el negocio que está detrás de la producción de películas tergiversa mucho las cosas. No es de sorprender que así sea, ya que se mueven millones en la industria del cine. Una película actual con efectos de buena calidad cuesta cientos de millones, dinero que hay que rentabilizar de alguna forma. Lo que acaba pasando es que la presión que hay en los directores explota por muchos lugares, intentan sorprender a un público que ya ha visto muchas cosas y la pifian a base de bien. Es más, creo que debería haber un nuevo género de películas, las “flipadas”.

En los films de acción y de ciencia ficción, los protagonistas aparecen realizando proezas que rozan la imposibilidad a cada segundo. Y lo que es más, encadenan hazañas de este estilo y rematan la faena con una frase genial. ¿Creíble? Esa palabra no está en el diccionario de los guionistas. Por mucho que aleguen introducir cierta credibilidad en sus creaciones, nadie con dos dedos de frente se lo traga. Aun así, parece que algunas personas si creen ser capaces de emular las hazañas de Vin Diesel en la saga Fast & Furious.

Quienes no conocen los films que están siendo rehechos actualmente carecen de punto de comparación y pueden, desde mi perspectiva, juzgar las películas actuales con mayor imparcialidad. Para todos los que tenemos ya nuestros añitos, nadie podrá petar más la gran pantalla que los grandes héroes de la infancia y/o juventud. Es lo que hay, Hollywood.

Lo gracioso es que muchos de nosotros vamos a ver las nuevas películas porque nos gustaron las originales y, aunque no van a ser mejores, los efectos son lo suficientemente buenos como para hacerlas atractivas en la justa medida. No todo está perdido, Hollywood. La industria del cine necesita más ideas originales, ya que tarde o temprano seguir haciendo remakes va a empezar a ser muy cansino. A ver si nos sorprenden un poco en el sentido bueno y sin copy-paste.

César P.

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