Últimamente se está apostando por
un modelo televisivo que hasta hace relativamente poco no se veía demasiado:
las tertulias políticas y económicas. Este formato se puede encontrar
prácticamente en cualquier cadena y a cualquier hora del día.
Se supone que en estas tertulias
o debates, hay gente con diferentes puntos de vista que dan su opinión sobre
las diversas noticias que surgen en el día. El telespectador, tiene ya en
cuenta, que según sea la cadena donde se realice el debate, este tendrá una
tendencia a apoyar más o menos a una ideología en concreto.
Pero, ¿qué pasa cuando los
tertulianos son los mismos? De un tiempo a esta parte, me he dado cuenta de que
en distintas cadenas, se ven los mismos tertulianos debatiendo sobre los mismos
temas. Se podría entender si fueran especialistas en la materia, pero por lo
general son periodistas.
Desde mi entender, si la misma
persona está en tres o cuatro debates diarios, se pierde parte del sentido del
mismo; y mucho más cuando varios tertulianos ya han estado debatiendo con
anterioridad. Se ha llegado a dar el caso de que la persona en cuestión ha
llegado a decir lo mismo con exactamente las mismas palabras en dos medios
distintos. Debatir, como bien define la RAE es discutir o altercar sobre algo.
Pero cuando son los mismos los que aparecen siempre y se encuentran siempre,
esa esencia se pierde, se convierte más en un discurso político que se repite
una y otra vez. Hay que tener en cuenta que al “debatir” siempre con los
mismos, el debate ya no existe, es algo orquestado, sin originalidad de
respuesta y sin cambio de perspectiva.
Este tipo de programa, debería
ser útil para hacer entender al grueso de la población qué es lo que sucede en
la actualidad con mayor claridad, realizando un debate que pudiera entender
todo el mundo. En lugar de eso, últimamente lo que parecen es un lavadero de
imagen, donde cada tertuliano apoya a un sector político sin importar
absolutamente nada más.
Lo más alarmante, del rumbo que
está tomando esto es que la gente que no se informe o esté en un momento más
vulnerable puede llegar a creerse a pies juntillas lo que se dice en algunos
debates, sin pararse a pensar lo que realmente se está diciendo.
-Wormy-
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