20 de abril de 2013

Explosión letal en Texas


Aún estábamos consternados por el atentado de la ciudad de Boston cuando en las noticias se nos informaba sobre la explosión de una planta de fertilizantes en el pueblo de West, Texas. El aparente accidente en esta instalación ha causado al menos 14 muertos y más de 200 heridos. Otro gran golpe para la nación norteamericana en una semana llena de conmoción.

Además, hay otro motivo de agravio en la conmoción de los habitantes del poblado de West. Hace 20 años tuvo lugar a tan solo unos kilómetros de distancia la masacre de la secta de los davidianos, en Waco. Hay muchas personas en este pueblo que recuerdan dicha tragedia.

La catástrofe de esta planta de fertilizantes no habría sido tal si el equipo de bomberos encargado de apagar el incendio de la fábrica no hubiesen sido los más afectados por la enorme deflagración que tuvo lugar en las labores de extinción del fuego.

Tal fue la potencia de dicha explosión que los sismógrafos registraron un pequeño temblor equivalente de magnitud 2,1 en la escala de Richter. No es nada desdeñable considerando que se trata de una explosión que no ha ocurrido por causas naturales. Lo que sí parece ser una certeza es que todos los indicios apuntan a un desafortunado incidente.

Entre las víctimas, cuyas identidades no se han revelado a día de hoy, se conoce oficialmente al capitán de bomberos Kenny Harris. No hay ningún indicio que apunte a pensar en algo que no sea un accidente en la planta de West Fertilizer.

Dichas instalaciones no habían pasado una inspección desde 2006 y se encargaban de almacenar nitrato de amonio, una sustancia altamente explosiva al calentarse. Es desafortunado que por falta de inspección no se haya podido determinar antes del accidente que la planta sufría problemas de seguridad. Al encontrarse al lado de una zona residencial la explosión de la planta ha dejado la urbanización reducidas a sus cimientos. Decenas de casas se han visto afectadas, así como una guardería y un colegio de la zona.

Este accidente afecta en gran medida a todos los habitantes del pequeño pueblo de West, de menos de 3 mil habitantes. Todos tienen a algún familiar o conocido entre las víctimas o los heridos. Es más, a día de hoy aún hay desaparecidos cuyos cuerpos no se han encontrado.

Para evitar saqueos y agilizar las labores de búsqueda de víctimas se ha declarado West como zona catastrófica. Actualmente, se llevan a cabo las tareas de búsqueda e investigación de este incidente a gran escala en la fábrica.

Una consecuencia funesta de un accidente como éste en un pueblo de pequeñas dimensiones es que se pueden ver más reporteros que habitantes en las calles del mismo. Posiblemente hasta dentro de un par de meses no se recobre la normalidad en West y los familiares puedan tener algo de calma.

Tragedias de esta categoría nos indican la importancia de mantener las inspecciones y revisiones en instalaciones que almacenan químicos peligrosos. Un pequeño error, un incendio o cualquier problema en la contención de estas sustancias puede llevar a una tragedia como ésta.

Más vale prevenir que lamentar.

César P.

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