16 de julio de 2015

Volviendo a volar más de un año después


Apenas recuerdo el último vuelo que hice, creo que fui a Múnich hace más de un año. Ha pasado una eternidad desde entonces y mi vida ha cambiado de formas inimaginables desde entonces. Ahora soy otra personas, he conseguido diversos objetivos personales y profesionales que tenía pendientes. Esta vez, vuelo con mi novia a París para estar por allí una semana haciendo turismo y disfrutando de unas merecidas vacaciones. Este año me lo he ganado más que nunca antes.

Por desgracia, no será una desconexión total, ya que por diversos motivos tengo que seguir cumpliendo un mínimo de obligaciones. No puedo dejar a mis clientes sin los artículos que me piden de forma regular. Solo tendré que escribir unos minutos al día y la verdad es que lo voy a disfrutar, ya que París siempre consigue recargarme las pilas. Es un lugar muy inspirador donde las ideas te encuentran a ti a la vuelta de cada esquina. Estoy emocionado porque aunque sea un destino que conozco bien, nunca tuve la oportunidad de hacer turismo con alguien especial de forma continuada.

Además, cumplo una promesa. Mi novia no había montado en avión hasta ahora. Se moría de ganas por saber cómo era la experiencia, he tenido que explicarle todo tipo de cosas sobre el asunto de viajar en avión. Estoy emocionado de forma especial no solo por volver a la ciudad de las luces sino porque sigo cumpliendo diversos objetivos que tenía en mi lista de pendientes desde hace tiempo. Me siento afortunado y al mismo tiempo creo que todo esto es una justa retribución a tanto trabajo sin descanso durante meses.

A la vuelta, me tocará volver a currar sin tregua. Bueno, no exageremos que es verano y las cosas no van a toda pastilla como el resto del año pero aún así. Ese calor que tanto nos ha atosigado estas pasadas semanas solo hace las cosas peores, hay menos ganas de salir de trabajar. Por suerte, todo indica que en París hará menos calor, cerca de 10 ºC menos. Me doy con un canto en los dientes por cualquier tortura más llevadera. Estoy hasta las narices del calor de Madrid.

Otra cosa positiva que sacaré de esta semanita de descanso es que vamos a caminar largo y tendido. Nos vendrá bien para estar un poco más en forma y a ver si cogemos la costumbre de hacer un poco de ejercicio. Esto de escribir es lo que tiene, no se queman demasiadas calorías en sitio alguno que no sea el cerebro.

Desde París, con amor.

César P.

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