Como perteneciente a la
generación de los nacidos en los 80, siempre he visto en los alimentos la fecha
de caducidad y la fecha de consumo preferente. Recuerdo como resonaba esa voz
maternal diciendo: ¡comprueba que no está caducado!
Empecemos por diferenciar entre
fecha de caducidad: fecha a partir de la cual, no se debe consumir un alimento;
y consumo preferente: se puede consumir después de la fecha, pero habrá perdido
cualidades. Hasta el día de hoy, los yogures tienen fecha de caducidad, al
tratarse de un producto lácteo y por tanto más susceptible a ponerse malo y
traer problemas. O eso nos habían contado…
No puedo dejar de pensar, que nos
tienen engañados como quieren. Hasta el momento los yogures caducaban tras 28
días de su fabricación, ya que por los sueros, lactosa y demás eran
susceptibles a producir problemas gástricos al que se aventurara a comerlos
pasada esa fecha. Por lo menos, así funcionaba en tiempos de bonanza, donde el
dinero no era problema y todo el mundo aprovechaba su particular gallina de los
huevos de oro.
Pero de un día para otro, los
yogures ya no caducarán a los 28 días, sino que dependerá de la consideración
de cada fabricante, pasando de llevar fecha de caducidad a fecha de consumo
preferente. Ahora, cuando el dinero escasea, es cuando se plantean el problema
que supone unas fechas de caducidad irrisorias. Dicen que es por intentar
recortar el malgasto de alimentos, que en España supone tirar miles de
toneladas cada año.
Seamos claros, me parece perfecto
que se inviertan esfuerzos en evitar este despilfarro bestial de alimentos que
se llevan a cabo a lo largo de toda la producción alimenticia a nivel nacional.
Pero lo que no me parece lógico es que después del discurso llevado hasta el
momento y la negativa a cambiarlo en momentos anteriores lo impongan ahora.
El derroche no se realiza solo en
yogures, se deberían de revisar más alimentos con fecha de caducidad. Y
aprovechar mejor los alimentos en todas las fases, no puede ser que se tiren
por ejemplo hortalizas porque no tengan el aspecto deseado por la cadena del
supermercado “x” porque no son atractivas para los que hacen la compra.
Esperemos que los yogures abran
la veda para el cambio en el consumo de alimentos. Y en próximos años el
malgasto alimentario se vea ampliamente reducido.
-Wormy-
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