En esta ocasión,
estimados lectores, quiero hablar de algo poco conocido y – por desgracia –
poco comentado, pero que es una realidad como la vida misma y, lo que lo vuelve
relevante, es una de las razones por las cuales la vida resulta, muy a menudo,
tan difícil, enrevesada y complicada en muchos aspectos aparentemente
inconexos. Me refiero, nada más y nada menos, que a la incomprendida, y a
menudo mal aplicada, ley de la causa y
el efecto.
¿Qué esto de la causa y el efecto?
Una pregunta muy acertada,
querido interlocutor. La causa y el efecto es una relación entre dos
situaciones, dos magnitudes, dos objetos, etc de forma tal que cuando se da
uno, la causa, entonces se da el otro a continuación, el efecto. Hasta ahí todo
parece muy sencillo pero vayamos a la parte mal comprendida de esta
interacción. A menudo, y en esta trampa podemos caer todos, consideramos o
estimamos que más de lo primero, la
causa, puede y debe implica más de lo segundo, el efecto.
Y aquí, estimado lector o
estimada lectora, es cuando fracasamos miserablemente pues no hay nada más
alejado de la verdad.
Digamos por ejemplo que
en un país determinado, sin ir más lejos España,
se invierte gran cantidad de dinero – o moderada cantidad – en algo tan banal
para algunos como la educación. Cabría esperar resultados acorde a la
inversión, ¿verdad? Entonces, si un año
dado se aumentase – cosa improbable hoy en día – la inversión en educación, deberíamos de esperar mejores resultados
que el curso anterior cuando el presupuesto fue inferior. ¿No es así?
Pues va a ser que no.
No hay una relación lineal, o de regla de tres que tanto recordamos del
colegio, entre la variable causa, inversión, y la variable efecto, o los
resultados. Y no puede haberla de ninguna manera ya que hay innumerables
interacciones a tener en cuenta, tantas que resulta imposible hacer una
predicción de cuál será el resultado
al final del curso en función de la inversión o de los presupuestos asignados a
educación. Imposible.
Pero no todo está perdido
en esta guerra contra la ignorancia. Basándonos en el estancamiento de los
resultados de la evaluación PISA en
los últimos años, es decir, en el hecho de que no se ha mejorado ostensiblemente
de forma alguna podemos concluir algo. Si tenemos en cuenta que la inversión ha
subido algunos años y ha bajado otros; pero no ha habido cambio significativo
en los resultados. La conclusión es la siguiente: el sistema educativo falla.
Lo ideal sería obtener mejores resultados cuando aumente la inversión.
Que esto no suceda es la prueba de la ineficacia del sistema en nuestro país.
Por lo tanto, más de la variable x, o causa, no implica más de la variable
segunda, o y. Esta es una verdad como un templo que no puede negarse y que
vemos en muchos aspectos de nuestra vida, como la política, la economía, etc.
Aunque los dirigentes,
por desgracia, no caigan en este hecho tan básico sobre la no linealidad (que
no se aplique la regla de tres) de las cosas, de algo puede servir saber esta
verdad. Pues, querido lector, si
encuentras que más “x” no produce más “y” en tu vida, o bien deberías
plantearte una forma distinta de afrontar el asunto, o bien hay algo que has
entendido mal. Y esto puede ahorrarte gran cantidad de esfuerzos en vano.
César P.
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