3 de enero de 2014

La mentira detrás de las cifras del paro

Ya he hablado anteriormente – estoy casi completamente seguro de ello – sobre la manipulación que hay detrás de las cifras del paro. O mejor dicho, el maquillaje con el cual se presentan los números relacionados con el empleo y el paro en este país. No hay que confundir la verdad con una tergiversación de la verdad, ni con una verdad light, ni, mucho menos, con una verdad a medias – también conocido como mentira.

Es muy fácil cambiar el tono de voz, elegir las palabras adecuadas – eufemismos varios – y omitir – esta es la clave de la manipulación de los datos – cierta información causando un efecto en la población que no se obtendría si se dijese todo. Puedo entender el interés de los políticos en reducir o minimizar el stress de las personas – pues qué otra razón podrían tener para ocultar información… – pero creo que tal y como están las cosas nos merecemos la verdad, y nada más que la verdad.

No quiero pensar que la voluntaria omisión de datos en los comunicados y medios tenga nada que ver con la intención de intentar maximizar las posibilidades de ser vencedor en las próximas elecciones, dejaremos esos pensamientos de lado por un momento. Hablemos del paro en el pasado mes de diciembre. Una vez más, las cifras indican una bajada en el paro y una subida en la afiliación en Seguridad Social, pero veamos más cifras. Los contratos indefinidos han disminuido en casi un 11% y cerca del 40% de los desempleados no tienen ya prestaciones de ningún tipo.

Las cifras indican, antes que a una mejora, a un aumento en la precariedad. De poco sirve que haya habido más empleo en diciembre si la mayoría de las personas que no tienen un trabajo están en peores condiciones que antes. Además, de poco vale que crezca puntualmente la afiliación a la Seguridad Social si solo va a durar durante la conocida campaña de Navidad – fecha del año en la que siempre hay más empleo, por poco que sea. Por ello, la reacción de varios colectivos no es nada optimista de cara a las cifras del paro en el último mes de 2013.

No parece, pues, que las cosas estén mejorando de ninguna forma. Más bien, todo indica a un aumento progresivo de los contratos basura y de trabajos en los que las condiciones laborales brillan por su ausencia. Además, entran en una situación preocupante las personas que no tienen forma de conseguir ninguna prestación y que han agotado hasta el último subsidio. ¿De qué van a vivir si no hay trabajo para ellos ni pueden hacerse con ninguna fuente de ingreso fija?


Esto es lo que debería preocupar a los políticos en vez de intentar vender la apariencia de mejora. No hay mejora, señor Mariano Rajoy, y – lo que es peor – no hace falta ser ningún economista para darse cuenta de ello. Por lo tanto, no entiendo a quién pretende convencer con sus reiteradas declaraciones llenas de optimismo. Desear lo mejor para el país, por injusto que sea, no nos va a sacar del hoyo. Es más efectivo ponerse manos a la obra que buscar palabras bonitas para enmascarar la realidad.

César P.

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