¡Llegó la Navidad otra vez! Y este
año parece, como de costumbre, que ha llegado antes que el año
anterior. Apenas unos días después de Halloween ya se veía en
algunos lugares un amago de decoración navideña. Una o dos semanas
después del día de lo muertos ya podíamos ver como se empezaba a
colocar la iluminación en la calles principales. Ahora, a primeros
de diciembre, la navidad está en todas partes. En Madrid, hace un
mes que es navidad, a pesar de que quedan no menos de tres largas
semanas para que llegue el ansiado día.
La navidad se nota. Es por excelencia
el periodo del año que más asco da en la capital. No solo todos los
lugares están repletos de gente sino que tienes que hacer planes con
antelación, comprar lo que quieras con mucho margen o sino darte por
vencido de que queden existencias y resignarte, en ocasiones, a no
poder hacer tu rutina como siempre. Así es la navidad, muy bonita
por fuera, muy brillante de lejos pero un cúmulo nauseabundo de
personas de cerca. El centro se transforma en el recorrido favorito
de la procesión de los zombies compralo-todo. En su mente solo
resuena un pensamiento: comprar, comprar y comprar.
Los bares, restaurantes y cafeterías
rebozan comidas y cenas de empresas, de amigos, de familias, etc.
Apenas queda espacio vital en la mayoría de los sitios que molan.
Si quieres tener sitio con los
amigos en un restaurante, mejor que reserves o ya puedes olvidarte.
Esto mata la improvisación con escopeta de perdigones y a bocajarro.
La navidad de ensueño pocas veces existe a menos que seas lo
suficientemente previsor, y servidor no lo es. Los zombies
devora-todo campan por todas partes a sus anchas, el caso es
comer y mucho, no importa el qué o dónde, comer, comer y comer.
Hay que hacer regalos. Regalos a los
padres, al novio o novia, a los amigos, a las amigas, al conocido, al
vecino, al perro, ¡no nos olvidemos del pobre perro que es navidad y
el lo sabe! ¿Falta alguien? Mirad la agenda, ¡rápido! No vaya a
ser que falte alguien y quedemos mal ante la gente, hay que regalar.
Los zombies regala-regalos-a-todo-el-mundo hacen de las suyas en
estas fechas y son muy cansinos. Los puedes identificar fácilmente,
son los que te restriegan por la cara cuantos regalos hacen y llevan
la cuenta. Solo hablan de ese tema y sufren si les falta un regalo
por hacer, ¡qué buenos son! Regalar, regalar y regalar.
La navidad es una fecha para sacar lo
mejor de nosotros, en teoría. Sin embargo, creo que muchas veces
acaba sacando lo peor. Empujones, faltas de respeto, robos, hurtos, y
un largo etc. La cordialidad desparece en los tumultos, las prisas
ahogan la felicidad, los “yo tengo que” y “hay que” matan las
ganas de disfrutar algo. El ejemplo máxime de todo esto son las
cenas de Nochebuena, momento álgido de la navidad donde todo lo
anterior converge y, a veces, converge tanto que revienta por algún
lugar cual bomba de relojería que explota inevitablemente. No
olvidemos disfrutar de estas fechas.
César P.
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