3 de abril de 2015

Ser blogger es un trabajo real y no (solo) un pasatiempo

Escribir es un arte, no cabe duda. Es el arte de encontrar las palabras adecuadas para describir, transmitir y comunicar lo que se tienen en mente al lector. Es una tarea difícil, ya que para ser un buen escritor hay que dedicar mucho tiempo y esfuerzo – como en todo lo que vale la pena en esta vida.

A pesar de ser duro, escribir tiene varias recompensas. La primera es obvia, cuanto más escribes más aprendes del mundo y de ti mismo. El conocimiento siempre viene bien para la mente. Pero, además, escribir te ayuda a crecer como personas, explorar tus propias ideas, descartar borradores, etc. Escribir es un trabajo que puede llevarse a cabo desde la comodidad de casa o desde cualquier otro lugar siempre y cuando contemos con un ordenador, un cuaderno o cualesquiera herramientas se han inventado para este noble propósito.

Sin embargo, por muy agradable que sea escribir a mano hay que admitir las múltiples ventajas del formato digital. Ser blogger hoy en día puede ser una ocupación a tiempo parcial o completo. Lo segundo es más complicado de conseguir pero lo primero solo requiere un poco de motivación y, claro está, las habilidades mínimas para la escritura.

Ya ni siquiera hace falta preocuparse tanto por los pequeños errores que pueden acaecer mientras se escribe, los correctores hacen la tarea de revisión mucho más asequible. Incluso corrigen los errores habituales sobre la marcha. Es toda una pasada ver como esa palabra mal escrita se transforma ante tus ojos antes de que pienses en corregirla. Pero no todo es automático, el escritor aún debe preocuparse de tener un buen estilo, la redacción adecuada y – cómo no – de revisar el resultado final.

Ser blogger hace unos años solo podía ser un pasatiempo pero las cosas han cambiado mucho. Ahora los blogs pueden ayudarnos a sacar un plus a final de mes, son herramientas imprescindibles para comunicarnos online y para intercambiar ideas. El siguiente paso natural es pasar a ser un escritor freelance, que se dedica de forma más general a escribir lo que otros necesitan por escrito siguiendo las instrucciones – a veces más, a veces menos – detalladas del cliente.


Me recuerda a los escritores de antaño que creaban versos para sus mecenas por algo que comer. Las cosas han cambiado un poco pero la idea sigue siendo la misma: intercambiar palabras por dinero. Porque las palabras siguen siendo la herramienta más útil y potente en este mundo. Las palabras vuelan en la Internet, donde el blogger trabaja para presentarlas de la forma más adecuada para sus fieles lectores.

César P. 

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