No es nada
agradable la sensación de que tu corazón vaya a atravesar tu pecho.
Esa taquicardia que te ataca cuando estás a punto de hacer algo
importante y aunque intentas relajarte no puedes. Justo antes de las
vacaciones es cuando más nervioso te pones, a menudo, porque sabes
que te queda poco para estar libre pero también sabes que no puedes
escaparte hasta que no pongas todo en orden. No te puedes ir hasta
que no termines el trabajo.
Hoy, tuve que ir a
que mi coordinador de proyecto mirase lo que llevo hecho. A mí, me
parecía una mierda a la cual le faltan muchas cosas y estaba
sumamente nervioso por lo que pudiera decirme. Después de estar un
buen rato sufriendo por el asunto, entré y le mostré lo que llevo
hecho. El hombre se presentó muy tranquilo, rozando el pasotismo
pero sin exceso. Si lo hubiese hecho por tranquilizarme, habría
estado bordado pero sé que esa es su forma de ser. Él no se juega
el título en un último trabajo que hay que currarse por cuenta
propia.
Me indicó algunos
fallos y me dijo “muy bien, pásame la versión final por mail y te
indico si está para presentar”. Eso fue todo, rápido y conciso.
Unos pocos errores llamativos y mucha información que poner en su
lugar, ese es el estado de mi TFG (trabajo de fin de grado) a una
semana de la fecha de entrega. Tengo desde hace tiempo todo cuanto
necesito para hacer el trabajo, salvo tal vez las gráfica pero me he
hecho incluso con una página que me permite hacer varios diagramas a
mi manera muy fácilmente y con buena presentación, que es lo que
cuenta también.
Sin embargo, he
estado trabajando tanto que no he sacado apenas tiempo para
dedicárselo a mi TFG. Lo que he hecho ha sido en unas pocas horas
cuando me he sentado por fuerza mayor a poner cosas en el ordenador.
Me siento caótico y desorganizado, a veces no me reconozco. ¿No se
supone que con la edad debería evolucionar a una forma más
responsable de mí mismo? Bueno, he estado currando pero ¿justifica
eso que no haya estado tecleando mi TFG tanto como debería?
No lo sé. Lo
único que tengo claro es que me queda una semana para hacer lo mejor
que pueda sobre un tema del que hasta hace uno o dos meses no sabía
apenas nada. Sin embargo, el esfuerzo bien merecerá la pena, el
premio es acabar la carrera (por fin).
César P.
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