Me gustan los retos desde
siempre pero la verdad es que no siempre salgo airoso de ellos. Ahora que ha
pasado un año desde que empecé a convivir con mi actual pareja, creo que por
fin le he cogido el tranquillo a esto de vivir con tu novia. Decir que es algo
complicado es quedarse corto. O sea, se supone que quieres vivir con esta
persona a quien amas y quieres tanto pero las cosas no van como la seda
siempre. Tú quieres hacer algo, ella quiere otra cosa, se desata el caos… ¿Os
suena a alguno?
Tal vez por eso la gente
se lo piense tanto antes de convivir con alguien. Yo no me lo pensé nada, ya
que tampoco era la primera vez que pasaba por la experiencia pero, en esta
ocasión, todo ha sido distinto. Las cosas han evolucionado por caminos
completamente inescrutables hace un año. Hemos discutido mucho, hemos estado
bien mucho también. ¿El balance es positivo? ¿Negativo? ¿Neutral? No lo sé, no
he llevado las cuentas de los días felices y de los más amargos.
Más que días, serían ratos,
horas tal vez. No lo sé. Pero cuando las cosas van bien, todo es genial,
perfecto. ¿Por qué nos peleamos por tonterías si podemos estar de acuerdo en
muchas cosas? Qué diablos, incluso estando de acuerdo en estar en desacuerdo
podemos hablar las cosas. Pero, como bien decían en un foro, cada persona tiene
sus emociones y su ego. Por eso a menudo irracionalizamos algunas discusiones
que podrían tomarse de muchas otras formas.
Es complicado, suelo
pensar, me lo digo a mí mismo cuando analizo lo que sale mal a veces. Lo
gracioso es que siempre me doy cuenta de cómo se podrían haber hablado las
cosas para no acabar de mal rollo pero cuando suceden pasa todo tan rápido que
no te da tiempo a pensar nada, solo actúas como te sale de dentro. Ese es el
quid de la cuestión, hay que pensar a medida que se hacen las cosas para evitar
daños difíciles de reparar o incluso irreversibles.
Puede que después de
tantas experiencias por fin haya aprendido la lección. ¡Anda que no me ha
costado! Escribo esto por si le sirve a alguien más para evitar tantas
discusiones acaloradas innecesarias (prácticamente todas ellas): respira y
piensa. Seguro que encuentras una solución más pacífica.
César P,
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