22 de octubre de 2015

La experiencia más intensa de mi vida: convivencia

Me gustan los retos desde siempre pero la verdad es que no siempre salgo airoso de ellos. Ahora que ha pasado un año desde que empecé a convivir con mi actual pareja, creo que por fin le he cogido el tranquillo a esto de vivir con tu novia. Decir que es algo complicado es quedarse corto. O sea, se supone que quieres vivir con esta persona a quien amas y quieres tanto pero las cosas no van como la seda siempre. Tú quieres hacer algo, ella quiere otra cosa, se desata el caos… ¿Os suena a alguno?

Tal vez por eso la gente se lo piense tanto antes de convivir con alguien. Yo no me lo pensé nada, ya que tampoco era la primera vez que pasaba por la experiencia pero, en esta ocasión, todo ha sido distinto. Las cosas han evolucionado por caminos completamente inescrutables hace un año. Hemos discutido mucho, hemos estado bien mucho también. ¿El balance es positivo? ¿Negativo? ¿Neutral? No lo sé, no he llevado las cuentas de los días felices y de los más amargos.

Más que días, serían ratos, horas tal vez. No lo sé. Pero cuando las cosas van bien, todo es genial, perfecto. ¿Por qué nos peleamos por tonterías si podemos estar de acuerdo en muchas cosas? Qué diablos, incluso estando de acuerdo en estar en desacuerdo podemos hablar las cosas. Pero, como bien decían en un foro, cada persona tiene sus emociones y su ego. Por eso a menudo irracionalizamos algunas discusiones que podrían tomarse de muchas otras formas.

Es complicado, suelo pensar, me lo digo a mí mismo cuando analizo lo que sale mal a veces. Lo gracioso es que siempre me doy cuenta de cómo se podrían haber hablado las cosas para no acabar de mal rollo pero cuando suceden pasa todo tan rápido que no te da tiempo a pensar nada, solo actúas como te sale de dentro. Ese es el quid de la cuestión, hay que pensar a medida que se hacen las cosas para evitar daños difíciles de reparar o incluso irreversibles.


Puede que después de tantas experiencias por fin haya aprendido la lección. ¡Anda que no me ha costado! Escribo esto por si le sirve a alguien más para evitar tantas discusiones acaloradas innecesarias (prácticamente todas ellas): respira y piensa. Seguro que encuentras una solución más pacífica.

César P,

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