Después de uno de los
juicios más mediáticos de los últimos años, Rosario Porto y Alfonso Basterra
han sido condenados por el jurado popular que fue elegido para determinar el
veredicto, el cual fue ha sido unánime. Pero aún está por llegar la condena por
parte del juzgado. La fiscalía ha pedido la condena máxima, 20 años de cárcel
para cada uno de ellos. Sin embargo, no es seguro todavía que esta sea la
condena que les caiga a estos dos coautores ya que los abogados de la defensa
alegan que agotarán todas las instancias para absolver a sus clientes.
Resulta increíble pensar
que unos padres adoptivos hayan acabado asesinando a la hija que ellos
decidieron incorporar a su familia unos años antes. ¿Cómo puede cambiar la mente
humana del amor al odio de esta forma? O sea, sí, todos decimos cosas como “si
no te callas te mato” o “como hagas esto te corto…” pero del dicho al hecho. Ya
sabéis, perro ladrador nada mordedor y esas cosas. Pero, ¿de ahí a verdaderamente
conspirar para atentar contra una persona? Lo que es más, contra una menor cuya
única preocupación era vivir la vida.
Este tipo de cosas me hacen
pensar que el mundo en el que vivimos está un poco podrido. La volatilidad de
las emociones a veces no justifica algunas cosas, como en este caso. No
hablamos de ningún arrebato de locura, hablamos de premeditación. Se trata de
un acuerdo macabro entre dos colgados que por algún motivo querían deshacerse
de su hija adoptiva y lo consiguieron. No entiendo cómo se puede torcer tanto
una persona. Aún peor, dos personas a cargo de una menor que tuvo la mala
suerte de cruzarse por sus vidas.
Por su parte, el jurado
popular se ha tomado su tiempo para llegar a un veredicto. Algo que tampoco
entiendo porque las pruebas señalaban unívocamente y estaba más claro que el
agua por mucho que la defensa dijera misa. Pero bueno, con esto de que hay que
ser “objetivo” y “justo”. Creo que no hay justicia que valga en ciertas
ocasiones, ya que esta niña ha sido asesinada y no se la puede devolver a la
vida. Da igual lo que se haga pagar a los padres, es irreversible. El mal ya
está hecho, lo mejor sería encerrarlos en una celda y arrojar la llave pero
como no se puede vulnerar sus derechos… encima hay que mantenerlos
desperdiciando el aire que otros pueden aprovechar.
César P.
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