6 de noviembre de 2015

Atascos de la muerte

Resulta que el móvil ahora te avisa cuando un trayecto tiene retenciones. El móvil es un buen colega, te indica que huyas cuando aún puedes – si es que puedes – o que te armes de valor y cojas los avituallamientos pertinentes para la odisea. El otro día comprobé este asunto cuando me dispuse a volver a casa desde un sitio que está a no más de 12 minutos de nada en coche con tráfico fluido, incluso 10 minutos si pillas semáforos en verde. Tardé lo menos una media hora tonta. Atasco para entrar en la M-40, atasco para cambiar a la M-11, atasco para salir de la A-2, atasco para entrar y salir de la salida, retención a discreción, atasco en las glorietas de mi barrio y, la guinda del pastel, no había hueco para aparcar así que puse el ‘apatrullando la ciudad.

Descarado. Más vale que inventen el coche volador de una buena vez para que los atascos se los coman los pringados que vuelen. Así los que preferimos reptar sobre la tierra tendremos más vía libre. Ahora volviendo a la realidad, no sé qué pasa en algunos horarios que se vuelve imposible maniobrar sobre cuatro ruedas. Es una cosa completamente espantosa que te drena minutos preciosos de vida. Más te vale salir con tiempo o no coger el coche en absoluto. El problema es que me muevo mucho en bus desde mi casa y lo mismo me da que haya atasco, me pilla igual pero no conduzco yo, eso que gano.

La única forma de evitar todo este rollazo es ir hasta el metro más cercano y cogerlo allí. Sin embargo, tengo una media hora corta hasta uno y unos 35 minutos hasta otro. Vamos, que más me vale salir con tiempo. En ocasiones, el bus pilla un atasco que el remedio es casi peor que la enfermedad misma. Luego, toca joderse y aguantarse. Y más vale salir con tiempo. Recuerdo con un asco tremendo que la semana pasada me tocó aguantar unos 40 minutazos de atasco del bueno un día. Así de buen rollo, atasco de los tochos para el cuerpo.

La gente ya se reía por no llorar. Sobra decir que todos llegamos tarde, incluso aquellos que no iban a ningún sitio con hora ni tenían que hacer nada “relevante” aquella tarde del viernes. Tarde también. Eso fue una cosa apoteósica, el mismo conductor estaba ya más perdido que Wally en medio del Calderón. Vale, no hacía falta pero pedazo de chistazo, ¿eh? ¿Cómo? ¿No lo has pillado? Verás, Wally va de rojiblanco y…

No me extraña que la DGT se haya puesto pesada con lo de que cojamos la bici. ¡Ja!, en Madrid. A tiempos difíciles, medidas desesperadas, como se suele decir. Lo próximo será una campaña que promueva el uso de scooter de críos o algo, que ocupan menos que las bicis. Eso sí, con casco reglamentario por favor.

César P.

No hay comentarios :

Publicar un comentario