Una vez más, Bolivia presenta una solicitud a Chile para
reintegrar su saluda al Pacífico que perdiese en el siglo XIX después de una
guerra. La versión boliviana asegura que no
es por nostalgia, sino por necesidad económica futura. La verdad es que no
tener salida al mar reduce mucho las posibilidades de comercio de Bolivia. Es
más, considero que mucho ha tardado este país en tomar cartas en el asunto.
Pero, considerando que nadie quiere ir a una guerra en estos
momentos, la única opción viable que tiene Bolivia es llegar a un acuerdo con
un país vecino para tener una salida al océano. Bien es cierto que Chile no es
la única opción pero, según parece, es en quien Bolivia tiene más esperanzas
ahora mismo.
O puede que solo estén aprovechando la oportunidad que la
controversia entre Perú y Chile sobre el tratado fronterizo de soberanía
marítima les ha presentado en estos meses. Por otra parte, nadie tiene
obligación a conceder a Bolivia ninguna soberanía pues los límites actuales
vienen siendo los mismos, salvo cambios minúsculos, desde hace más de cien años
en esta zona de Sudamérica.
Sin embargo, considero factible que Bolivia pueda jugar bien
sus cartas y llegar a un acuerdo apelando a la solidaridad de sus vecinos
sudamericanos. Creo que actualmente en Sudamérica se tiene un gran interés en
el comercio y es el momento adecuado de usar la vía del diálogo para llegar a
acuerdos que sean beneficiosos para todos.
Hace cien años el Atlántico era el océano que concentraba el
comercio ya que conectaba EE.UU. con Europa.
Pero hoy en día, el océano
Pacífico es el que conecta con China y, por lo tanto, tiene una gran carga de
comercio internacional en sus aguas. Por este motivo, la salida al mar de Bolivia
beneficiaría mucho al país andino. Si los bolivianos llegan a un acuerdo
podrían salir ganando en gran medida.
Sin embargo, lo que han hecho hasta ahora es pedir a Chile
una salida soberana al Pacífico en la Corte Internacional de Justicia de La Haya
(CIJ). En cierta forma, me parece poco adecuado encarar la situación de esta
manera. Todos sabemos que las fronteras han cambiado mucho tras siglos de
conflictos y guerras en todo el mundo. Hay países que han crecido y otros que
han quedado reducidos a una parte del territorio que solían gobernar.
Esto es una realidad, le pese a quien le pese. Y, es más,
las fronteras cambian a lo largo de las décadas. Por lo tanto, considero que a
día de hoy los chilenos no tiene ninguna obligación de darle salida al mar a
Bolivia por resarcir cualquier especie de agravio que sus antepasados hayan
causado a los bolivianos.
Pero, podrían llegar a un acuerdo. La situación es más
simple de lo que pueda parecer. Al fin y al cabo, actualmente el idioma del
negocio es de lo que todos quieren hablar. Si Bolivia ofrece una ganancia
económica de algún tipo a Chile creo que éstos no tardarán demasiado en
concederle una vía de acceso al Pacífico. Incluso una carretera de alta
velocidad para el transporte de mercancía.
Lo único que deben hacer es plantear la situación de la
siguiente forma: una inversión ahora mismo podría reportar mucha prosperidad
económica a Bolivia en los años venideros. ¿Valdría la pena pagar por ello? Yo
creo que sí.
La respuesta de Chile es el tratado de 1904, tras le Guerra
del Pacífico que también involucró a Perú, según el cual los límites quedaron
establecidos y no aceptan renegociar este asunto. En el presente, Bolivia
quiere negociar un corredor de acceso al Pacífico de unos 10 km.
Está más que demostrado que Bolivia no puede ser competitiva
a nivel internacional en los negocios pues no tiene acceso al transporte
marítimo. Perdió la exportación de gas a México contra Perú por no contar con
salida al mar. Hay oros recursos que no pueden exportar los bolivianos por este
mismo motivo, como son el hierro de Mutún, en la frontera con Brasil, o el litio
que son incapaces de llevar a Asia.
En caso de contar con salida al Pacífico Bolivia podría
hacer de corredor para proporcionar a Brasil una salida a este mismo océano.
Ambos países saldrían beneficiados. Por ello, considero que es imperativo para
los bolivianos conseguir esta salida al océano y deben hacerlo por medio de la
negociación con Chile. Existe una ruta interocéanica que conecta Brasil con
puertos de chilenos y peruanos pasando a través de Bolivia.
Lo que le falta a Bolivia para estar a la par con los otros
países sudamericanos es el acceso al Pacífico y de ello depende el crecimiento
económico de este país en los próximos años. Los amplios recursos mineros y
energéticos con los que cuenta el país andino podrían catapultarlo a la lista
de los países en vías de desarrollo en unos pocos años si lograsen exportar a
todo el mundo.
Hay mucho en juego para Bolivia y este asunto no debe ser
una cruzada política para intentar conseguir la gloria, ni mucho menos. Este
asunto debe ser para los bolivianos un reclamo para salir de la precariedad en
la que se encuentran, una iniciativa de todos los ciudadanos para conseguir una
mejor calidad de vida.
La negociación es el mecanismo al que deben recurrir y, en
vez de apelar a viejas rencillas históricas, tienen que plantear la situación
como una posibilidad de negocio para Chile, Bolivia y Brasil. De esta forma,
los tres países pueden salir ganando dividendos en las próximas décadas gracias
a los recursos naturales bolivianos y un acuerdo que no cuesta mucho esfuerzo
por parte de ninguna de las partes implicadas.
César P.
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