Hace un par de días, se presentaron en mi domicilio dos hombres
de mediana edad que afirmaban venir de parte de la empresa de luz y gas. Más
específicamente, aseguraban trabajar en colaboración con dicha compañía para
regularizar ciertos trámites administrativos. De inmediato, nos explicaron el
motivo de su visita: comprobar el estado de la facturación de nuestro recibo de
luz y ofrecernos un cambio que nos convendría.
Después de contarnos una historia bastante verosímil, según
la cual ayudaban a los propietarios a actualizarse en las nuevas tarifas de la
luz y el gas, procedieron a solicitarnos alguna documentación para comprobar
que se nos facturaba desde otra ciudad que no fuese Madrid. En efecto, el lugar
de facturación por era la ciudad de Barcelona y, por ende, estábamos pagando
impuestos añadidos debido a que se nos mandaba
la factura desde dicha ciudad.
En este momento nos explicaron que tras un simple cambio del
lugar de facturación íbamos a pagar menos en los recibos de luz y de gas,
reduciendo el precio en un 30% al anular el mencionado impuesto de facturación
que estábamos pagando sin saberlo. Ya que se trataba de una reducción
significativa, pensamos que no estaría mal llevar a cabo dicha modificación,
que no parecía perjudicar a nadie ni reportar ningún inconveniente para
nosotros.
Nos pidieron algunos recibos, uno de la luz y otros del gas,
para poder tramitar el cambio. Además, ambos jóvenes se identificaron por medio
de carnets acreditativos. En los mismos decían venir de parte de la empresa
EDP, una compañía portuguesas que se encarga de diversas gestiones energéticas
y que tiene sucursal en España. Incluso nos ofrecieron sus carnets para que los
fotocopiásemos, como muestra de buena fe.
Yo fui el encargado de fotocopiar los recibos solicitados y
dichas credenciales. Cuando estaba realizando esta tarea observé que ambos
jóvenes se parecían poco a los de sendas fotos, en las cuales aparecían dos
personas con gesto marcado y los ojos casi cerrados. Pensé: esto es un poco raro, en las fotos de carnet
siempre se pide que se salga sin hacer gestos ni cerrar los ojos en exceso…
Y justo en ese momento escuché que solicitaban también
documentación bancaria. Un extracto bancario o el número de cuenta para
domiciliar los pagos era lo que hacía falta para completar la documentación
necesaria para el trámite. Esto me pareció un poco más extraño, pues la
compañía cuenta con dicha información y no me parece muy habitual que la pida
de esa forma solo para corroborar los
datos, como afirmaban ambos jóvenes.
En este momento mi madre y yo no lo vimos claro y optamos
por no entregar los documentos. Ante nuestra negativa ambos insistieron en que
el trámite no podía completarse sin dicha información una y otra vez. Nos
preguntaron si podíamos dar los datos por teléfono o buscar algún documento en
el que aparecieran. Finalmente, tras unos minutos más de insistencia, se fueron
sin ningún documento nuestro.
¿Hemos sido víctimas de alguna especie de timo? ¿Es este un
nuevo modus operandi que no despierta sospechas y se aprovecha del atractivo de
ahorrar dinero en la factura de la luz? ¿Aprovechan la subida de las facturas
para explotar un punto débil de los consumidores? En cualquier caso, han pasado
unos días y ni la compañía de la luz nos ha contactado ni estos dos hombres han
vuelto por aquí.
César P.
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