3 de agosto de 2013

Una reducción en los recibos un poco demasiado buena

Hace un par de días, se presentaron en mi domicilio dos hombres de mediana edad que afirmaban venir de parte de la empresa de luz y gas. Más específicamente, aseguraban trabajar en colaboración con dicha compañía para regularizar ciertos trámites administrativos. De inmediato, nos explicaron el motivo de su visita: comprobar el estado de la facturación de nuestro recibo de luz y ofrecernos un cambio que nos convendría.

Después de contarnos una historia bastante verosímil, según la cual ayudaban a los propietarios a actualizarse en las nuevas tarifas de la luz y el gas, procedieron a solicitarnos alguna documentación para comprobar que se nos facturaba desde otra ciudad que no fuese Madrid. En efecto, el lugar de facturación por era la ciudad de Barcelona y, por ende, estábamos pagando impuestos añadidos debido a que se nos mandaba la factura desde dicha ciudad.

En este momento nos explicaron que tras un simple cambio del lugar de facturación íbamos a pagar menos en los recibos de luz y de gas, reduciendo el precio en un 30% al anular el mencionado impuesto de facturación que estábamos pagando sin saberlo. Ya que se trataba de una reducción significativa, pensamos que no estaría mal llevar a cabo dicha modificación, que no parecía perjudicar a nadie ni reportar ningún inconveniente para nosotros.

Nos pidieron algunos recibos, uno de la luz y otros del gas, para poder tramitar el cambio. Además, ambos jóvenes se identificaron por medio de carnets acreditativos. En los mismos decían venir de parte de la empresa EDP, una compañía portuguesas que se encarga de diversas gestiones energéticas y que tiene sucursal en España. Incluso nos ofrecieron sus carnets para que los fotocopiásemos, como muestra de buena fe.

Yo fui el encargado de fotocopiar los recibos solicitados y dichas credenciales. Cuando estaba realizando esta tarea observé que ambos jóvenes se parecían poco a los de sendas fotos, en las cuales aparecían dos personas con gesto marcado y los ojos casi cerrados. Pensé: esto es un poco raro, en las fotos de carnet siempre se pide que se salga sin hacer gestos ni cerrar los ojos en exceso…

Y justo en ese momento escuché que solicitaban también documentación bancaria. Un extracto bancario o el número de cuenta para domiciliar los pagos era lo que hacía falta para completar la documentación necesaria para el trámite. Esto me pareció un poco más extraño, pues la compañía cuenta con dicha información y no me parece muy habitual que la pida de esa forma solo para corroborar los datos, como afirmaban ambos jóvenes.

En este momento mi madre y yo no lo vimos claro y optamos por no entregar los documentos. Ante nuestra negativa ambos insistieron en que el trámite no podía completarse sin dicha información una y otra vez. Nos preguntaron si podíamos dar los datos por teléfono o buscar algún documento en el que aparecieran. Finalmente, tras unos minutos más de insistencia, se fueron sin ningún documento nuestro.


¿Hemos sido víctimas de alguna especie de timo? ¿Es este un nuevo modus operandi que no despierta sospechas y se aprovecha del atractivo de ahorrar dinero en la factura de la luz? ¿Aprovechan la subida de las facturas para explotar un punto débil de los consumidores? En cualquier caso, han pasado unos días y ni la compañía de la luz nos ha contactado ni estos dos hombres han vuelto por aquí.

César P.

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