Tenemos el cambio de estación el día 23 del presente mes
pero en algunos lugares no parece que vayan a cambiar demasiado las temperaturas.
Hay ciudades en las que el verano no se ha dejado notar con demasiada fuerza.
Este es el caso de Madrid, donde solo ha habido unos pocos días de calor
veraniego en lo que va de año.
La ola de calor que atacó la Península provocó
los pocos días de auténtico verano en la capital española, después de lo cual
las temperaturas se han mantenido más apacibles. Así, este verano ha sido de los suaves e incluso nos ha dado unas cuantas tormentas de verano,
auténticos chaparrones que han dejado en buen nivel las reservas de agua del
país y que han provocado inundaciones y otros estropicios en algunos lugares de
España.
El caso es que las temperaturas no han sido muy elevadas la mayor parte
del verano, ha sido más como una primavera extendida lo que se ha tenido en la
capital este año.
En cierta forma, podemos decir que es una de las mejores
situaciones que podríamos tener, pues los embalses han alcanzado un gran
porcentaje de su capacidad (se encuentran actualmente cerca del 70%) tras el
verano. Siempre viene bien tener agua de sobra. Por otra parte, hemos tenido
menos calor del que esperaríamos para esta temporada y eso afecta a algo más
que nuestro bronceado veraniego. En otras latitudes, ya está llegando el invierno mientras
que en Madrid aún se disfrutan de temperaturas de entre 20 y 30 grados Celsius.
Así, ahora mismo el termómetro se encuentra a más de 10 grados por debajo en
ciudades como Munich.
Por no mencionar la diferencia de horas de sol que se
tienen en ambos lugares.
Así, pues, en España se sale oficialmente del invierno
para entrar en otoño mientras que en otros lugares de Europa ya se está en
otoño y se espera el invierno en un par de semanas.
Después de incontables meses llenos de malas noticias por la
acuciante crisis que se vive en España podemos decir que, al menos, el clima no
se ha portado mal con el país este año. Si bien ha habido regiones afectadas
por las lluvias e incendios veraniegos – la mayoría de los cuales han sido
provocados – este año no ha sido de los peores en cuanto a catástrofes
naturales se refiere.
Cabe esperar que el invierno no traiga demasiadas bajas temperaturas,
pues ello engordaría la factura de la electricidad, gas natural, etc. En
efecto, cada vez sale más caro tener la calefacción puesta en invierno debido a
las sucesivas subidas de impuestos de todo tipo. Así, esperemos que la crisis
sea un poco más llevadera este año gracias al calentamiento global o a un ciclo
natural del clima, según el paradigma que cada uno prefiera.
César P.
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