19 de enero de 2014

¿Son baratas las “low cost”? (Parte I)

A día de hoy las aerolíneas de tipo low cost (literalmente, bajo precio) prestan sus servicios en muchos de los aeropuertos de Europa y ofrecen gran cantidad de conexiones entre muchas ciudades. Yo, personalmente, he usado en muchas ocasiones este tipo de compañías para viajar dentro del viejo continente, pero… en no pocas ocasiones me he planteado – y cuestionado realmente – si estas compañías hacer honor a su título.

He sido, durante varios años consecutivos, un fiel usuario de Ryanair, una de las aerolíneas más baratas de España. Y puedo señalar que hay algunos detalles convierten la experiencia de volar con esta compañía en algo no demasiado agradable – al menos, no siempre. Para empezar, los aviones son pequeños y, con cierta frecuencia es necesario hacer conexión con otros vuelos. Ryanair no ofrece conexiones, por lo que son vuelos de la misma compañía pero independientes. Lo que implica que puedes estar horas en un aeropuerto.

Sin embargo, esto no lo he hecho por puro placer o masoquismo, sino porque a menudo no había otra forma de viajar hasta mi destino con esta aerolínea. Además de estas circunstancias, hay algo más digno de mencionar sobre los servicios – y esto es la piedra angular de mi discurso – de Ryanair: la proximidad del aeropuerto de partida/llegada con el destino.

Normalmente, un aeropuerto se encuentra a las afueras de la ciudad a la que corresponde. En Madrid, por ejemplo, tenemos mucha suerte de que la distancia al centro sea como de unos 20 km aproximadamente. Se puede ir al aeropuerto, si las conexiones no tardan mucho, en una media hora o 45 minutos. Sin embargo, en otras ciudades – París, Munich, Berlín – el viaje a aeropuerto es de cerca de una hora – o incluso más.

Ahora viene lo interesante de los vuelos de Ryanair. Los aeropuertos de partida o destino de esta compañía no son los más próximos a la ciudad que corresponde, en muchas ocasiones. Hubo un tiempo en que Ryanair y otras pocas low cost operaban en un aeropuerto de Ciudad Real pero vendían los vuelos con destino Madrid. Y esto no es la excepción, sino la norma, pues en Barcelona Ryanair opera desde el aeropuerto de Girona. Y en París desde Beauvais, que se encuentra a casi hora y media de la ciudad en bus.

Por lo tanto, al volar con esta compañía, nos vemos obligados – con frecuencia – a tener que asumir gastos adicionales de transporte hasta el aeropuerto en el que embarcamos. Lo mismo sucede al llegar a nuestro destino, pues lo usual es que aterricemos en la ciudad o pueblo de al lado. Si hacemos las cuentas, tenemos que comprar los billetes online – porque en el aeropuerto son aún más caros – pagando tasas de gestión y tasas que “aparecen” según que fechas, pero siguen llamándose tasas de gestión, aunque su precio sea el triple.

Esto engorda el presupuesto notablemente pero hay más. También hay que pagar las maletas – en caso de que queramos facturar. Y, si mal no recuerdo, eran entre 20 y 30 € solo por una maleta. Solo con esta suma, nuestro vuelo ya no es tan “low cost” como nos gustaría. A esto debemos sumar el desplazamiento al aeropuerto, tanto a la ida como a la vuelta. Digamos que son entre 10 € y 20 € en tren o bus, serían o 20 € o 40 € añadidos.

César P.

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