La noticia del día ayer
fue, sin duda, el vídeo que alguien realizó de la infanta mientras ella
declaraba en el juzgado. Según parece, pese a los exhaustivos controles de
seguridad, alguien pudo infiltrar una cámara
oculta y grabar parte de la de
declaración de la infanta Cristina. Actualmente, se investiga quién pudo
ser el trasgresor de las normas, ya que quedaba terminantemente prohibido tener
aparatos electrónicos en dicha sala.
El aspecto legal
Las leyes en este país protegen la privacidad de todas las
personas, por lo que no se permite la grabación sin consentimiento ni sin una
orden. Sin embargo, la tecnología va un paso más allá en este aspecto, pues hoy
en día hay una gran cantidad de cámaras
que pueden pasar desapercibidas. Se camuflan dentro de objetos de uso
cotidiano, como gafas, relojes, etc. Es decir, cualquier objeto puede,
potencialmente, albergar una cámara dentro.
Por lo tanto, cualquier
evento, reunión o situación puede ser grabada por medio de estos gadgets. Ni siquiera sospecharíamos
sobre dicha grabación aunque se realizase bajo nuestras propias narices. Aprovechando
uno de estos recursos, alguien consiguió infiltrar una cámara oculta a pesar de que todos los presentes en la sala del
juzgado de Mallorca habían sido cacheados antes de entrar.
¿Bueno o malo?
Considero que si se puede
infiltrar una cámara de este estilo en un sitio con seguridad, es posible llevarla a cualquier lugar sin
que nadie sospeche. Solo el ojo de un profesional en seguridad podría
detectar una cámara oculta tras una exhaustiva revisión. El resto de las
personas, nos encontramos un tanto vulnerables respecto a estas posibilidades
de la tecnología.
Además, el precio de uno
de estos dispositivos en miniatura no es nada desorbitado. Aunque resulten
objetos caros, casi cualquiera con el interés suficiente podría permitirse una cámara oculta por 300 € o 500 €.
Como indicaba un profesional de la famosa tienda
del espía ayer en la televisión, son los particulares quienes compran
mayoritariamente este tipo de dispositivos para realizar sus propias investigaciones.
Lo que nos permite la
tecnología tiene su lado positivo y, también, un lado oscuro. Siempre puede
caer en las manos equivocadas o ser usada sin miramientos vulnerando la
privacidad de las personas sin que ellas lo sepan. Esto nos deja en una situación de indefensión que antes no
existía y ahora es un hecho. Cualquier persona puede grabarte en vídeo y
hacer con ese contenido lo que le apetezca.
Y no olvidemos la regla
de oro de la Internet: una vez llega el
vídeo a la Red, se queda en la Red. La mejor defensa ante esta situación es
no darle a nadie un motivo para que nos grabe.
César P.
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