11 de julio de 2014

Después de la tormenta…

La semana pasada en Madrid hubo varios días pasados por agua debido a algunas nubes de tormenta que decidieron posarse sobre la ciudad. Tras varios chaparrones ocasionales, relámpagos y truenos, ha llegado la calma. Aún no sé si prefiero la tormenta al calor actual. El sol golpea con fuerza y el verano se presenta ante nosotros tan cálido como esperábamos. Es hora de sacar las gafas de sol y el bañador, pues ya hace tiempo de piscina.

Con la llegada del verano, todo parece ralentizarse un poco, hay menos gente en hora punta y más personas hacen cola en las terrazas. Aún así, en ciudades como Madrid el ajetreo no para del todo. Solo en el mes de agosto se puede ver una faceta de la gran urbe que no aparece en otra época del año. Y el mes de las vacaciones ya está al caer, tan solo queda poco más de un par de semanas.

Por otra parte, hay quienes no tienen tantas vacaciones como desearían. Aquellos que deben pasar algún examen antes de la vuelta a las aulas deben empezar la larga tarea de estudiar cuando el calor apremia más que nunca. Esto se convierte en una tarea de por sí difícil y, a veces, casi imposible. Requiere mucha determinación y, a menudo, algo de ayuda no viene mal. La constancia en el estudio es difícil de conseguir cuando hay mucha oportunidad para el ocio.

Así, la temporada de vacaciones puede llegar a convertirse en la época más ajetreada para alumnos y profesores. A medida que se acercan las fechas de exámenes, el estudio pasa a ocupar más horas del día y se convierte en una prioridad. Debido a que los exámenes de recuperación se suelen colocar en los primeros días de septiembre, el mes de agosto es el momento más adecuado para apurar el estudio y los últimos repasos.

Por este motivo, mientras que unos descansan otros trabajan, ya sea dando clases o recibiéndolas. Resulta interesante pensar en cómo se distribuye la carga de trabajo para las personas según su ocupación. Si bien en todas las profesiones hay épocas de más trabajo que otros, de alguna forma los profesores particulares tienen mucho trabajo a lo largo del año. Durante el curso escolar deben preparar a los alumnos para exámenes y en el verano se centran en la recuperación de las asignaturas pendientes.


Sin embargo, este calendario es variable en respuesta a los cambios introducidos por las nuevas leyes de educación. Después de la calma, siempre viene otra tormenta.

César P.

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