Pequeño Nicolás desaparecido

El nuevo capítulo de esta historia cuenta que el pequeño Nicolás está en paradero desconocido de la noche a la mañana. Ha pasado de ser el centro mediático dando alguna que otra entrevista y saliendo en los medios a estar ausente. Tan ausente que brilla por su ausencia, de pronto. Este sujeto sigue siendo uno de los temas de conversación debido a la controversia que se ha levantado a su alrededor. ¡Cómo ha podido un joven de 20 años colarse en las altas esferas del Gobierno y salir en fotos con los reyes! Ahora lo sabemos: mintiendo como él mismo.

La enorme farsa que ha montado el mismo Nicolás es de medidas astronómicas, ya que aún se está investigando el recorrido de este personaje. Pocas veces se ve a un farsante de tanta habilidad como para salir en los medios gracias a sus méritos o, mejor dicho, al ridículo en el que ha dejado a las personas a las que ha tomado el pelo. Cualquiera que sea el punto de vista desde el cual se observe esta inédita historia, una cosa está clara y es que algún que otro jefe de seguridad ha quedado en evidencia. Supongo que alguno que otro se habrá convertido en el hazmerreír por culpa de las habilidades de infiltración de este joven megalómano.

En cualquier caso, ahora no se conoce el paradero de este profesional de la farsa y se elaboran todo tipo de teorías sobre el asunto. Hay quien dice que las autoridades lo han hecho desaparecer debido a la información que poseía y a que representaba un peligro para la seguridad el país. Alarmistas de la conspiración nunca faltan en todas las historias. Otros dicen que se ha retirado a elaborar una estrategia con la cual enfrentarse a los cargos que se le han imputado. Al parecer, el joven Nicolás se hará pasar por enajenado para librarse de los cargos, un clásico en España. ¿Podrán los presuntos delirios megalómanos librarle de la cárcel?

La moraleja de la historia es, grosso modo, lo de siempre: el que la hace, las deshace en este país. Es decir, cualquiera que infrinja la ley a lo grande parece librarse de la pena que corresponde a sus fechorías. Sin embargo, si eres un delincuente de poca monta, apechugas. Si no eres un delincuente pero las autoridades quieren tomarte por tal, también. Pero quien tiene verdadera habilidad para tomar el pelo a todo el mundo, infiltrarse en galas de máxima seguridad y aparecer en fotos con las autoridades de este país; ese no. Lo mismo parece aplicarse a quienes defraudan millones o miles de millones.

Igual vemos dentro de unos meses como el pequeño megalómano vuelve de su retiro – espiritual – para librarse magistralmente de sus cargos y, por qué no, hacerse con algún puesto de trabajo bien remunerado. Tiene en su currículum los dos requisitos imprescindibles para triunfar en España: haber robado con estilo y ser mediático. Si es verdaderamente listo, esta vez no jugará con la ilegalidad pero, ¿podrá vivir sin ser un farsante el resto de su vida?

César P.