El triunfo de la izquierda radical en
Grecia, Syriza, ha impulsado al nuevo color político mayoritario en
este país, que no es otro que Podemos. Hoy mismo, ha habido una
manifestación de los simpatizantes de este partido a modo de
reivindicación de que un cambio político es necesario actualmente.
No han perdido tiempo en salir a las calles para celebrar que en
algún lugar del continente, es decir, en Grecia, el cambio ya es una
realidad. Además, afirman que el cambio es posible en España, que
aquí también podremos.
No creo que ningún
extremo sea bueno, ya sea derecha o izquierda. Siempre que un grupo
radical llega al poder, las cosas se van un poco de las manos. ¿Es
posible que Grecia mejore bajo el gobierno actual? Obviamente, sí.
Otra cosa es lo que vaya a pasar en los próximos meses y no hay
forma de saberlo con certeza hasta ver cómo se van desarrollando las
cosas. Hay quienes vaticinan una escisión de Europa del país
heleno, que irá más por cuenta propia para remontar su situación
económica tan lamentable.
Tampoco entraré en
pronósticos por dos motivos, el primero, porque no soy ningún
experto en política y el segundo, y tal vez más relevante,
cualquier pronóstico puede fallar completamente. Antes que eso,
prefiero comentar lo que la victoria de Syriza puede suponer para
este y otros países. Mientras dure el subidón, los de
izquierdas reivindicarán en todas partes que este es el momento de
un cambio mientras atraen a más y más electores con bonitos
slogans. Eso ya está sucediendo en España, donde ya de por sí
Podemos viene estando fuerte desde hace meses.
Algo positivo de
que haya emergido una fuerza política adicional es que ahora PPSOE
tiene que ponerse las pilas. Y ya pueden hacerlo bien para recuperar
los votos que han perdido en los últimos meses, todas aquellas
personas descontentas que ya no se fían de las promesas de Rajoy ni
de Gomez. No se les puede culpar, el último gobierno del PSOE
contribuyó a la ruina económica y el gobierno actual del PP afirma
que ya no hay crisis, aunque la realidad sea otra. Por no mencionar
el sinfín de tramas de corrupción que mancha a ambos partidos,
sobre todo al PP recientemente.
Así las cosas, no
es de sorprender que Podemos triunfe como la Coca Cola. Si bien no
creo que lleguen a hacerse con el poder, estarán allí dando guerra,
es el panorama más realista que podemos imaginar a día de hoy. La
competencia entre partidos fuerza a que unos y otros se esfuercen
más, les obliga a ser más competitivos. Un cambio viene
siendo necesario desde hace años pero dudo mucho que incentivar la
división sea buena idea. Sin embargo, no hay mal que por bien no
venga, así que la aparición de esta tercera fuerza política
relevante es, al fin y al cabo, algo positivo. Algún día podremos
salir de la que nos ha caído.
César P.
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