Hace
relativamente poco que me he embarcado en la aventura de declarar
para la Agencia Tributaria y he descubierto de primera mano por qué
los autónomos sufren tanto. Por un lado, hay que pagar Seguridad
Social, eso ya lo sabíamos. Así es como se mantiene el sistema
sanitario que nos atiende
a todos. Por otra parte, hay que pagar a
cuenta el IRPF, a veces
sale a devolver y a veces no. Bueno, eso también lo sabíamos.
Finalmente, hay que pagar IVA y eso sí que no vuelve. Sumamos,
echamos unas cuentas, ¿dónde quedan las ganancias?
La asoladora
realidad es que si declaramos 1000 € de beneficios (igual a
ingresos menos gastos), tenemos que pagar 20% de IRPF, la cuota de
Seguridad Social aparte y, además, el IVA (cuyo valor puede ascender
a 21% de los beneficios como máximo). O eso es lo que me explicó mi
gestora el otro día. Los dos primeros pagos ya los conocía pero lo
del IVA me tomó un poco desprevenido, ya que anteriormente un señor
un poco distraído me explicó que mi actividad estaba exenta de
impuestos. Menuda explicación me soltó aquel funcionario, con el
tiempo he descubierto que la mitad de lo que me dijo era, cuanto
menos, impreciso.
Bueno, poniéndome
optimista, supongamos que pago todo lo mencionado correspondiente de
mis mil eurillos de ejemplo. Me quedaría aproximadamente con la
mitad de este importe. Si, posteriormente, Hacienda me devuelve lo
correspondiente a IRPF, entonces mi beneficio volvería a ser entre
el 70% y el 75%, es decir, se quedaría entre 700 € o 750€.
¿Aceptable? Bueno, pintaba mucho peor pero todavía depende de que
Hacienda no decida meter machete en lo que pago de IRPF.
Miedo me da, pero
supongo que no hay mejor forma de saber lo que me depara que declarar
y asumir las consecuencias. Una buena noticia es que aún disfruto de
las ventajas de la “oferta” de Seguridad Social para jóvenes
autónomos que consiste en subvencionarme el pago mensual de forma
progresiva de la siguiente forma: 6 meses al 25%, 6 meses al 50% y 6
meses al 75% del importe total de la cuota, si mal no recuerdo. Esto,
sin duda, es una ayuda que mejora las condiciones de mi cálculo
anterior durante los meses que dura la oferta.
Aunque
después la situación se vuelve un poco más dura. Sin embargo, un
año y medio proporciona margen suficiente como para conocer los
entresijos de la actividad y ganar experiencia en todos los asuntos
concernientes. Así, este asunto del beneficio real
conlleva
un cálculo nada trivial que merece la pena hacer para estudiar los
márgenes realistas de ingresos netos.
César P.
No hay comentarios :
Publicar un comentario