Hace unos días,
dudaba si era buena idea desconectar e irme fuera de Madrid, ya que
no salía de la capital en meses y, la verdad, tengo mucho trabajo
que hacer a la vuelta. Ahora, lo único que lamento es no haberme
quedado otro día en la playa. Las obligaciones me llaman aunque he
podido robar tiempo al tiempo escapándome un par de días al sur de
España. Por unas horas, me he sentido completamente libre y he hecho
todo lo que me ha apetecido sin importarme nada más que el momento
presente. Una pasada.
Como dice el
dicho, lo bueno si breve, dos veces bueno. Ahora me toca retomar la
rutina, ponerme al día en proyectos pendientes, de los cuales no me
he desligado del todo incluso desde la playa. Prueba de ello es que
escribo estas líneas mientras vuelvo a Madrid, aprovecho las
ventajas de no ser yo quien conduce. Desde el verano pasado que no me
daba el gusto de ir de vacaciones y, curiosamente, mi destino también
estuvo en Andalucía aquella vez. Creo que empiezo a cogerle el
gustillo a esto de ir a la playa y al sur. Algo tendrá que te pide
volver.
Sigo sin sentir el
agobio ni la preocupación que esperaba que me atacase hoy al volver.
Tampoco tengo ningún remordimiento por haberme ido algunos día
sabiendo que el tiempo me apremia para algunas cosas que debo
presentar. Pero me hacía falta. Estaba muy quemado después de
tantos meses currando sin parar y creo que si no hacía una pause me
iba a volver loco. Hacía falta hacer algo al respecto, por eso hemos
huido al sur un par de días. He sentido los efectos positivos para
mi mente desde el primer momento del viaje, es como una caricia desde
dentro. Un descanso para el alma que no podía conseguir estando en
el mismo lugar en el que resido.
Ahora, toca
quedarse con todos estos buenos momentos que nos han acompañado a
cada paso. Un montón de fotos, risas por todas partes y buen
rollito. Aunque ha habido momentos menos agradables, en general el
balance es muy positivo. Creo que esta sensación me acompañará
prácticamente hasta el próximo viaje, que espero que sea en poco
más de un mes, dos a lo sumo. Este verano tendremos mucho que
celebrar, el final de mis estudios y el comienzo de una nueva etapa
profesional. Hemos pensado en el próximo destino, estamos
consideramos la costa valenciana o Disneyland. Ambos planes tienen
sus pros y contras, ¿a dónde nos llevará el viento la próxima
vez?
César P.
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