19 de junio de 2015

Conducir o no conducir, esa es la cuestión


Llevo tan solo un par de semanas conduciendo de forma habitual y ya me ha quedado claro por qué hay tantos accidentes en las carreteras. La gente conduce como cabras locas, adelantan sin motivo, cambian de carril a lo loco, etc. Si te tomas tu tiempo para entrar en una glorieta, te pitan, si entras y estás maniobrando, te pitan también, esperan que desaparezcas y les dejes paso a los reyes de la pista. A veces, suceden auténticas barbaridades en la carretera que pueden costar muy caro a algunos.

En los pocos días que llevo al volante después de años sin tener ocasión de conducir he recordado que hay cosas que no echaba de menos. Como los atascos o las calles estrechas en las que vas en primera más que en cualquier otra marcha. Tampoco echaba de menos las calles de varios carriles en las que hay coches en doble fila tan seguidos que es como si el carril de la derecha no estuviese allí siquiera, un auténtico caos. Madrid es la jungla de cristal y cuando conduces por el centro tienes que tirar de todo lo que sabes para sobrevivir.

Por no mencionar la odisea de buscar parking. Cuanto más te acercas al centro, peor se vuelve el asunto. Sí, puede que haya espacios pero seguro que son de zona verde o azul. Tienes que irte fuera del anillo de la M-30 para encontrar parking gratuito no que esté regulado por el SER, el sistema inteligente de estacionamiento que se aplica en Madrid desde hace unos años. Pues bien, si vas a algún lugar en coche, más vale que tengas en cuenta si puedes aparcar cerca, no vaya a ser que te resulte mejor estacionar en un barrio cercano.

Pero bueno, a pesar de los inconvenientes, conducir mola mucho. Además, el reduce las distancias en gran medida, ya que hace posible ir de un sitio a otro con más libertad que el transporte público. Puedes ir a comprar a la otra punta de la ciudad a esa tienda que tanto te gusta, hacer algún recado en otro sitio y volver en unos minutos a tu casa sin perder toda la mañana. El coche hace posible otra forma de moverse por la ciudad y en un sitio tan grande como Madrid es como tener unas piernas mucho mejores. ¿He mencionado que me gusta conducir?

César P.

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