El tema del
terrorismo está más calentito que nunca tras una sarta de atentados
por doquier que se han venido encadenando después de la masacre de
París. Este atentado en la capital francesa fue algo así como el
pistoletazo de salida para varios ataques en pequeña escala que se
han sucedido recientemente. Porque claro, el primero que pega los
tiros da más valor a quienes van por detrás. Ahora están armados
de coraje muchos de los que antes estaban más tranquilos. Vamos, que
se han venido arriba los señores terroristas islámicos y están
haciendo de las suyas internacionalmente.
Esto
es un tema muy preocupante que Europa va a tener que atajar para
ayer. Pero claro, ¿qué van a hacer? ¿Bombardear como los yankis?
¿Campar y cazar a los terroristas del Estado Islámico? ¿Poner la
otra mejilla? ¿Ser pacientes? Están jodidos. A la larga, creo que
esto acabará en una intervención militar masiva en Medio Oriente y
proximidades para cortar
por lo sano. Pero,
¿puedes cortar
una idea por lo sano? Porque el fanatismo no es más que una
ideología que algunos fomentan en esas regiones para conseguir que
la guerra santa se realice en el terreno que quieren.
Una idea no se puede matar. Puedes cargarte a todos los que piensan
igual y aún así la idea podría persistir. Es inmortal. Hoy en día,
además, es a todas luces imposible erradicar una idea en la mente
colectiva que llamamos la Internet. Siempre hay copias de las copias
de seguridad que alguien podrá subir y resubir hasta el final de los
tiempos. Luego, está jodido el asunto. Mientras, los inocentes
pagamos el pato de lo que han hecho unos pocos con grandes
influencias: oprimir a los pueblos de Medio Oriente y otros países
de religión musulmana.
Yo no lo he hecho. Eso lo sé. Apenas he conocido a algún musulmán
en mi vida. Que me hayan bautizado en la iglesia católica me hace
tan merecedor de una persecución como lo podría ser un musulmán.
Vale ya de ridiculeces de antaño, estamos en el siglo XXI. Ni moros
ni cristianos merecen sufrir por su credo – algo que no coincide
con ninguno en mi caso, por cierto. Así que no sé que pretenden
exactamente los que tejen los hilos del terrorismo, si influencias o
dinero o cualquier otra cosa, pero es una utopía lo que plantean: no
pueden tener atemorizadas a naciones enteras.
Un buen día se hartarán las grandes potencias y tendrá serias
consecuencias para todos. Ya no estamos como para empezar guerras
porque podemos acabar con el endeble equilibrio de la biosfera en
unos días. Un poquito de por favor con nuestro planeta no vaya a ser
que para colmo de males cierto norcoreano se vuelva (más) loco...
César P.
No hay comentarios :
Publicar un comentario