30 de marzo de 2016

La espera desespera

El arte dedesespers delicado. Hace poco, he empezado a vender artículos que tengo en casa por quitármelos de en medio. Hay aplicaciones como Wallapop que permiten contactar con gente que busca lo que tú tienes por ahí sin usar. Es una forma práctica de quitarte cosas de en medio sin mucho esfuerzo por tu parte, quedas con esa persona y punto.

La página de referencia en este tipo de transacciones era segundamano pero ahora se han cambiado de nombre a vibbo y tienen app. Siguen siendo una opción a considerar pero creo que el formato de Wallapop es mejor, aunque mejorable.

Pues bien, hace poco tuve una situación comprometida con un señor con quien estaba hablando para venderle un armario. En el anuncio tenía fotos y no se veía mal pero cuando llegamos allí me di cuenta de que las puertas estaban medio desencajadas por la zona superior, había que colocar tornillos y hacer algún apaño más.

También había problemas con un cajón. Es raro, la última vez que vi ese armario no me pareció tan desgastado. Lo que acabó pasando es que este señor de pronto quiso pagar la mitad de lo acordado por estos desperfectos y ya habíamos bajado la cantidad en la negociación. Al final, fuimos para nada.

Este incidente me ha hecho ver que cuando vendes algo en estas condiciones, la gente te paga una mierda. Encima, buscan cualquier excusa para pasar de pagarte algo aceptable a cacahuetes pochos. Es una lástima porque todo tiene un valor y acaba tirado en la basura o regalado; tampoco es mejor que coja polvo indefinidamente.

Creo que algunas cosas hay que dejarlas ir cuando se pueda antes de que se devaluen tanto que no sabes si quemarlas o lanzarlas por la ventana. Ejemplo de ello es mi psp, lleva años sin usar apenas y no se qué hacer con ella. La iba a vender pero iba a sacar tan poco que no me rentaba tanto.


Pero tampoco la uso y si se estropea la tendré que tirar. No sé si regalarla por lo que me den o seguir teniéndola por allí. Es una decisión agridulce, creo que podría haber jugado mucho más con ese aparato. Ahora ya es hasta difícil encontrar juegos para esa consola. Si la hubiese vendido cuando empecé a perder interés había recuperado algo significativo de la inversión que me supuso. Lo mismo me pasa con algunos móviles y otros cachivaches.

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