Últimamente ando poco inspirado, tengo muchas cosas que contar, pero no termino de encontrar el enfoque adecuado, así que ayer, intentando encontrar esas musas perdidas, vi la película "Diario de una ninfómana" dirigida por Christian Molina en 2008.
La película en sí no vale mucho, aparte del físico de Belén Fabra, que es el tipo de mujer que a mí personalmente me encanta, pero hay una serie de aspectos que a mi parecer reflejan muy bien alguna de las realidades del mundo de la prostitución. Se me ocurre destacar los siguientes:
- El perfil de la chica: La protagonista es una licenciada universitaria que disfruta ampliamente con el sexo, busca siempre experimentar nuevas sensaciones, y tras una ruptura sentimental traumática, sufre una profunda depresión que la lleva al borde del suicidio.
- Tal vez el término "ninfómana" no sea aplicable a todas las chicas que se dedican a este negocio, pero sí que suelen tener cierto gusto por el sexo y ser bastante promiscuas, de hecho, he conocido alguna que disfrutaba en casi todos los servicios. En general, la que no cumple esta característica, fracasa en la profesión.
- Respecto a los problemas psicológicos, sin sufrir una situación tan extrema, sí que me he encontrado con chicas deprimidas o con problemas de autoestima. Si bien tenían dificultades económicas, en pocos casos eran tan graves como para que la prostitución fuera su única salida.
- Sobre la supuesta formación académica, pienso que se trata de un detalle que se ha añadido al guión para hacerlo más interesante para el espectador, ya que rara vez, por no decir ninguna, han pasado del bachiller.
- Los sentimientos hacia los clientes: Entre la cantidad de hombres con los que se tienen que acostar, es habitual que haya alguno que les atraiga, de manera que el día que el cliente elige a otra, cosa muy habitual, a los celos profesionales, se añaden los celos personales. Este detalle es importante porque puede provocar enfrentamientos en un ambiente de trabajo ya de por sí complicado.
- Los sentimientos de los clientes: Es frecuente que algún cliente se encapriche de una chica, lo cual en principio puede ser muy bueno para el negocio, porque gastarán en servicios con ella grandes sumas de dinero, y casi otro tanto en regalitos: flores, peluches, cenas, joyas... pero a la larga, como sucede en la película, da problemas, porque el cliente espera que la chica sienta lo mismo y rara vez esto es así. Al final, las chicas optan por sacarle todo lo que puedan, y cuando ya se está poniendo demasiado pesado, no volver a atenderle; es una de las duras realidades de este mundillo, no voy a decir que ellos se lo buscan, pero sí que aconsejaría a los usuarios de este tipo de servicios, que lo vean como lo que es, una transacción económica, y que aún en el caso de llegar a una relación con una profesional, ellas están acostumbradas a cobrar por sexo y aunque pueda parecer un tópico, dicha relación les va a costar dinero de forma más o menos indirecta.
- El comportamiento de la Madame: La dueña o encargada del piso se muestra implacable en el trato con las chicas. Nuevamente, no pretendo justificar este comportamiento, pero sí reconocer que en ocasiones es necesario, puesto que como norma general, las chicas que se dedican a esto, muchas veces lo hacen en busca el dinero rápido porque son vagas y caprichosas, por lo que en ocasiones evita muchos problemas un poco de mano dura. La Madame de la película es un caso extremo, llegando a amenazar a la protagonista cuando decide dejar de trabajar para ella, pero conozco algún caso de chicas que han sido amenazadas al despedirse del piso en que ejercían; afortunadamente, estas amenazas no suelen llegar a mayores.
- La dureza general de la profesión: Tras el primer servicio, una de las chicas, abraza a la protagonista y le dice: "sé lo duro que es la primera vez". Puedo afirmar, que con la cantidad y variedad de gente que las contrata, muchas veces un servicio de media hora puede hacerse eterno ya que más de uno por el hecho de pagar se cree con derecho a todo olvidándose de que lo que tiene delante es una persona. Para evitar esto, las profesionales experimentadas, ponen unas normas muy estrictas de lo que permiten y no permiten que se haga con ellas, lo que la clientela llama "un trato demasiado profesional", incluso a veces "bordería". Hay casas que tratan muy bien a las chicas y donde las encargadas son una mezcla de madres y psicólogas, por desgracia, y sin entrar en detalles, no en todas las casas se dispensa este trato a las chicas.
En conclusión, a pesar de la baja calidad general del film, hay detalles que son bastante reales, aunque pienso que si Valerie Tasso hubiera consultado con algún dueño o dueña de un piso, su novela podría haberse visto enriquecida con otro punto de vista.
Rubén.
Rubén.
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