4 de marzo de 2013

Aprendiendo de la crisis: el banco NO es tu amigo.

Por si alguien no se había enterado, estamos en crisis. Paro, caída del consumo, cierre de empresas, vamos, lo que suele suceder en estas ocasiones. Pues aunque suene mal, yo veo algo positivo en esta situación económica, y es que el cliente vuelve a tener la razón.

Durante los llamados años de bonanza económica, si querías hacer alguna reparación o reforma en casa, casi tenías que suplicar que si la empresa o el profesional correspondiente, tenía a bien si no era mucha molestia, realizarte el trabajo, y pagar una fortuna por obras que en ocasiones eran auténticas chapuzas. También podía suceder, que en un restaurante te sirvieran de malas maneras algo parecido a comida y te la cobrasen a precio de oro. O que te vendieran un coche que se estropeaba varias veces el primer año y encima tuvieras que pedir perdón.

Gracias a la crisis, los consumidores volvemos a tener la sartén por el mango. Las empresas y profesionales, están siendo conscientes de lo que cuesta conseguir clientes y lo fácil que resulta perderlos, y empiezan a tratarnos como lo que somos: los que les dan de comer.

Con los bancos pasa al contrario, después de que durante las "vacas gordas" el español medio se endeudase dicen que por encima de sus posibilidades, se han vuelto más necesarios que nunca; o mejor dicho, un buen servicio por parte de ellos se ha vuelto más necesario que nunca. Desafortunadamente, como ya sabemos, la respuesta de las entidades bancarias ha sido intentar sacar el máximo provecho de la situación tratando de sacarles el dinero a sus clientes sin importarles de si la forma de hacerlo es legal o ética. Tal vez sea ésta una de las razones por las que a veces da la impresión de que no se quiere salir de la crisis.

Esto me recuerda aquella frase de: cuando estás arriba, tus amigos saben quien eres, cuando estás abajo, sabes quienes son tus amigos.

En esta ocasión, los que estamos económicamente hundidos, hemos descubierto que los bancos no son nuestros amigos, o mejor dicho, son como el típico amigo interesado, que se arrima cuando sabe que tienes dinero y te maltrata cuando no lo tienes.

El lado bueno, es que tenemos memoria, y cuando la economía se recupere, habremos aprendido a vivir sin esos préstamos que ahora están utilizando para esclavizarnos, ¿y entonces qué? los bancos se darán cuenta de que no tienen tanto poder como ahora creen y volverán a hacernos la pelota. ¿Habremos aprendido la lección o nos dejaremos engañar de nuevo? 

Rubén.

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