Durante lo que llevamos de año,
hemos visto como algunas mujeres se veían imputadas en diversos casos de
corrupción, malversación o cohecho, aunque los principales acusados fueran sus
maridos.
Pero en otros sin embargo, se
deja a las mujeres a un lado, aunque los indicios apunten a que es imposible
que no supieran en que estaban “metidos” sus maridos. Podemos destacar el caso
de la ministra Ana Mato, y su defensa basada en que desconocía los negocios en
los que se movía el que por aquel entonces era su marido. También hay que
destacar el caso de la Infanta Cristina. Por ser miembro de la familia real, se
ha tardado más en imputarla, una imputación que se pedía a gritos por muchos
sectores de la sociedad. Quizá no aparezca en los papeles, pero es imposible
que no supiera lo que se hiciera o que no viera como su marido ganaba dinero a
espuertas con una sociedad que se suponía era sin ánimo de lucro. Si el Rey
advirtió al Duque de Palma que cesara en sus negocios, ¿cómo no iba a saberlo
su mujer? Por el momento ni siquiera su imputación es segura.
Es vergonzoso que a día de hoy se
intente colocar a la mujer en el papel de la pobrecita que no se entera de
nada, de la que deja hacer y deshacer a su marido a su gusto sin preguntar de
donde salen las cosas. Quizá en la España de los años 50 esto fuera posible,
pero a día de hoy, sintiéndolo mucho, no cuadra. En la mayoría de los hogares,
los conyugues saben cuanto dinero cobra su pareja y podrían identificar sin
problema el dinero extra que haya entrado en la cuenta. Es denigrante que se
intente poner a la mujer como un ser, que dentro del matrimonio no se entera de
nada. Un machismo recalcitrante, llevado a cabo por las propias mujeres y
defendido por muchos.
Se debe trabajar para cambiar
esta visión de la mujer, como un ser inferior que no tiene conocimiento de lo
que pasa a su alrededor. Las penas evidentemente, no deben ser iguales que el
que quebrantó la ley, pero se debería de castigar el encubrimiento de la actividad
delictiva de un modo ejemplar. La sociedad se merece ver que realmente existe
una justicia igual para todos y no una vara de medir de doble rasero como hasta
ahora. Esperemos que esta vez se cumpla la ley sin importar a que partido
perteneces o de quien eres hijo. Estaremos atentos a ver como evoluciona…
-Wormy-
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