En los últimos días ha rondado por los telediarios la
noticia de que el paro ha descendido ahora en verano. Esto sucede todos los
años de forma estacional, es decir, en las mismas fechas: hay más trabajo en
verano debido a los contratos que se realizan para los meses en que la gente se
va de vacaciones.
Por lo tanto, en septiembre, cuando se reincorporen a sus
puestos de trabajo la mayoría de trabajadores el paro volverá a dispararse. O
sea, no se gana nada de forma permanente. Solo se trata de un suceso habitual
debido a los meses de vacaciones.
A pesar de que este hecho es bien conocido hay quien muestra
estas cifras como si fuesen la prueba irrefutable de que el paro está bajando
rápidamente en España. No nos equivoquemos, no confundamos una tendencia habitual
en los meses de verano con la evolución del paro en este país, porque una cosa
no implica la otra, necesariamente.
Las cifras indicas que estamos ante uno de los mejores meses
de junio en lo que al paro respecto desde hace muchos años. Se han generado más
de cien mil puestos de trabajo el pasado mes pero no debemos dejar de tener en
cuenta dos hechos: la cantidad de contratos realizados ha bajado respecto del
año pasado (mismo mes) y lo mismo ha sucedido con los afiliados a la Seguridad
Social.
La parte negativa de este descenso del paro es la gran
precariedad de los contratos. Además, la afiliación a la Seguridad Social ha
venido bajando en los últimos meses. Ambos datos son realmente preocupantes
desde el punto de vista económico del país.
Actualmente, los contratos indefinidos siguen siendo la gran
preocupación. A pesar del descenso del paro en los últimos meses, en todas las
comunidades y en todos los sectores salvo en agricultura, no han aumentado en
la misma proporción los contratos indefinidos. Esto es un indicador de la
inestabilidad laboral que sufren los trabajadores en España en estos días.
Una cosa es decir que el paro ha bajado en el pasado mes de
junio y otra distinta es comparar el nivel de paro de junio de este año con el
del año pasado. Haciendo esta comparación veremos que el paro, en realidad ha
crecido. Por lo tanto, lo que sucede es que ha bajado en cierta cantidad el
paro con respecto de este mismo año pero no es para nada un indicador de que
salimos del bache.
Por ello, no hay que caer en la mentira – tentadora – de que
las cosas de pronto empiezan a ir mucho mejor. Esperemos a septiembre antes de
sacar conclusiones sobre la economía española. Por ahora, al menos hay más
gente trabajando gracias a los puestos que se crean en esta estación. Algo es
algo.
César P.
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