8 de noviembre de 2013

Crónicas de un alumno Erasmus: recuerdos de buenos tiempos

Hay muchos tópicos cuando se habla de los Erasmus. No es ningún secreto que buscan pasárselo bien mientras están estudiando en el extranjero. Obviamente, es una de las mejores situaciones que uno pueda vivir para conocer gente nueva, aprender un idioma extranjero, practicar inglés (esto sucede independientemente del destino elegido) e incluso, para algunos afortunados, disfrutar de algún romance mientras dure la estancia. Hay quien encuentra a su media naranja, doy fe de ello.

Dani y yo hicimos mucho a este respecto, dejando en alto lo que se espera de dos alumnos proveniente de España. Tal vez no aprovechamos la estancia al máximo pero diría que sacamos mucho partido de todo cuanto se podía hacer por allí. Por mi parte, creo que no hay experiencia más intensa que aprender un idioma casi desde cero y vivir el día a día en un país extranjero en el que no vas a encontrar siempre alguien que hable español o inglés.

En cierta forma es divertido. En algunas ocasiones puede frustrar pero como suelo pensar de todo de aprende algo. Y aprender vale la pena siempre. Por todo esto considero mi estancia Erasmus una de las experiencias más enriquecedoras que he vivido y estoy completamente convencido de que lo volvería a hacer, si pudiese.

Actualmente, suelo recordar cosas que viví como Erasmus y siempre veo cada cosa que pasó en esos meses con buenos ojos, aunque no siempre fuese algo positivo. Creo que España necesita mantener y apostar por este programa de intercambio ahora más que nunca. Bien es cierto que no todas las personas aprovechan esta beca como deberían pero en ello el Gobierno también podría hacer mucho más.

Para pedir la beca solo tuve que enviar unos documentos y cuando volví envié otros que demostraban que había estado en donde tenía que estar. Tal vez debería de haber más control y apoyo a los becados, asesoramiento para encontrar piso, orientación, etc. Supongo que se espera que un estudiante universitario sepa buscarse la vida pero tampoco estaría de más que a los becados se les ayudase en lo que sea posible.

Con toda sinceridad, espero que el Gobierno no suma en el olvido este programa de intercambio. Cada año en Europa se desplazan miles de estudiantes entre todos los países de la Unión Europea. España ha venido enviando una ingente cantidad de estos estudiantes a muchos destinos. Por eso la generación actual está tan bien preparada como lo está y es capaz de afrontar la realidad de la crisis emigrando.

¿Qué pasaría si España dejase de invertir en el programa Erasmus? Pues lo mismo que pasará si deja de invertir en educación: aumento de la mediocridad, de la ignorancia y de la incompetencia. Si este país quiere ganarse un puesto de vanguardia en el mundo – y no tiene motivos para aspirar a algo inferior – debe de mantener o aumentar las ayudas en educación y los proyectos de I+D.

La educación de los españoles, a diferencia de otros temas, no debería ser negociable.

César P.

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