Es un hecho conocido y
consolidado desde siempre que en este
país el conocimiento científico brilla por su ausencia en el ciudadano medio.
Esto es solo una consecuencia de las fallidos leyes de educación que se han
sucedido unas a otras en los últimos años. En general, la ignorancia y el
fracaso escolar campan en muchas de las aulas de este país en todos los niveles
de educación, pero esto no es todo. La inversión en I+D ha venido descendiendo
de forma alarmante en los últimos años.
Hace poco, hablando con
una conocida sobre crear un plan de negocio autosostenible con motivo de
financiar investigaciones científicas, me di cuenta de lo difícil que es la
situación en España. Si buscas asesoría profesional, te encuentras con una mirada
suspicaz y no carente de sorpresa cuando mencionas las palabras investigación y desarrollo – o I+D. ¿Cómo,
un proyecto científico con miras de negocio? ¡Locura! Vade retro…
ESA es la situación en
España. A esto es a lo que se ha llegado; a día de hoy proyectos, planes de
negocio o modelos de empresa que serían aceptable y completamente viables en
países como EEUU son un bicho raro en
nuestro país y nadie, o casi nadie, se plantea hacer ese tipo de proyectos, de
emprenderlos y de demostrar que puede funcionar. Y esto es lo que tiene a
España en el pozo de la desgracia. Es un hecho más que contrastado y probado
que los países con mejor calidad de vida y más estabilidad económica invierten
inmensas cantidades de dinero en I+D.
No voy a citar ejemplo
porque no hace falta, pero podemos pensar en los países de siempre, como EEUU, Suecia,
Japón, etc. ¿Por qué ellos lo hacen y en España nadie se plantea algo así? ¿Qué
es lo que nos impide generar ideas nuevas y ponerlas en práctica de forma
ordenada y sistemática para conseguir beneficios económicos? Que yo sepa, en
España tenemos dos manos y una cabeza, como todas las personas del resto del
mundo. Y en España también se generan ideas de buena calidad y que valen su
peso – si lo tuvieran – en oro, como dice el viejo refrán.
Y es que una idea, en el
lugar adecuado y en el momento justo, puede cambiar el mundo. Esto no es broma,
ya ha pasado antes – y volverá a pasar muchas veces, pues tal es la naturaleza
de las personas. Lo que pasa en este país es que no se ha dado cabida a nuevos
paradigmas, no se aprovecha tanto como se podría las nuevas tecnologías ni hay
sistemas que permitan hacerlo. Sí, puede que tú conozcas a alguien que ha
triunfado con una idea innovadora, hay personas así en España pero no hablamos
de la excepción sino de la norma.
Hablamos de convertir en
normal al bicho raro. Hablamos de hacer que la ciencia no parezca una práctica
desconocida cubierta en las tinieblas que llevan a cabo religiosamente cuatro
personas en este país. Se trata de cambiar la forma de pensar que reina en
España. Este es el reto al que se enfrentan los españoles, sin saberlo. Y
cuanto antes se den cuenta, antes podrán hacer algo al respecto.
Para que el I+D sea
posible en España, algunos valientes deben empezar a crear el camino. Y si
tenemos suerte, muchos podrán recorrerlo en los años venideros.
César P.
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