2 de diciembre de 2013

¿Son las concertinas elementos realmente disuasorios?

El Ministerio de Defensa denomina concertinas a las púas y pequeñas navajas de metal que tienen las alambradas en la frontera de Ceuta y Melilla. Estos elementos, que se añadieron en 2005 debido a la gran cantidad de inmigrantes provenientes de Marruecos, son cumplen un papel disuasorio, en teoría. Sin embargo, a pesar de estar allí no deja de haber gran cantidad de gente que salta o intenta pasar las vallas fronterizas.

Además, se supone que las concertinas no causan graves heridas, sino que juegan un papel meramente disuasorio. Sin embargo, hay testimonios de inmigrantes ilegales que ahora residen en territorio español que desmiente tal versión oficial. Si bien no causan amputaciones, las magulladuras, cortes y lesiones pueden provocar inhabilitación de miembros. Por si la existencia de estos elementos punzo-cortantes no fuese poco, quienes intentan saltar las vallas son atacados por parte de los vigilantes marroquíes.

Hay pruebas que demuestran el uso de perdigones, piedras y otros objetos arrojadizos del lado marroquí. También hay indicios del uso de palos en las articulaciones de los inmigrantes para disuadirlos de la idea de volver a saltar las vallas. Los vigilantes en la frontera de Marruecos responden así ante la gran cantidad de personas que acuden a esta frontera para intentar pasar de alguna forma a España. Pero en el lado español también se comenten faltas graves.

Si bien no se maltrata explícitamente a quienes llegan a España, sí hay un par de comportamientos que dejan mucho que desear y deberían ser penados. Por una parte, los testimonios de inmigrantes que han logrado cruzar tras varios intentos indican que los vigilantes españoles no siguen al pie de la letra los procedimientos. Cuando se encuentra a un inmigrante que ha conseguido pasar la valla, el procedimiento indica que sea llevado a la comisaría más cercana para ser identificado – cuando sea posible – y se proceda a ordenar su expulsión del país. Este proceso legal lleva semanas o incluso meses, siendo a menudo infructífero.

Sin embargo, los testimonios señalan que hay ocasiones en las que los vigilantes de frontera del lado de España expulsan de forma irregular e ilegal a los inmigrantes a través de una puerta que se encuentra en la valla. Este procedimiento va en contra de los derechos de los inmigrantes, que acaban siendo arrojados a su suerte de vuelta a Marruecos. Por si esto fuese poco, el cuidado sanitario que se aplica a quienes logran cruzar no es siempre el más adecuado. Debido a las concertinas en la alambrada, hay muchas personas que no logran cruzar y caen de vuelta a Marruecos en mal estado.

Pero lo análogo puede pasar del lado español, en cuyo caso reciben los cuidados médicos pertinentes. Hay testimonios que indican que algunas personas han tenido que esperar hasta 12 horas para que les cosiesen las heridas. ¿Esto es actuar según lo estipulado? Hablamos de inmigrantes maltratados que llegan a España con serias heridas causadas por las alambradas que el Ministerio de Defensa ha colocado. ¿Y se supone que son elementos disuasorios inofensivos?


Creo que este tipo de elementos no deberían de ser necesarios. En su lugar, España debería de tratar con Marruecos seriamente el tema de la inmigración ilegal que da lugar a tantos abusos actualmente. Hay mafias que se dedican a dejar pasar gente por medio de túneles escondidos en la alambrada o que comercian ilegalmente por medio de dichos conductos. En vez de usar alambres de espinos para herir – y llegar a provocar la muerte – a desafortunados inmigrantes que buscan un futuro mejor, el Gobierno debería ponerse manos a la obra para solucionar este problema respetando los derechos de todos.

César P.

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