6 de febrero de 2014

Debates no tan imparciales en TV

Desde hace un tiempo, vengo observando en algunos canales de televisión que proliferan los programas de debate. Empezaron a ponerse de moda hace unos meses con motivo del creciente interés que los ciudadanos manifiestan en temas políticos y económicos. La esencia de un debate es dar cabida a dos opiniones distintas de forma tal que cada portavoz exprese su punto de vista sobre cuestiones de interés. Sin embargo, los famosos debates televisivos que pululan hoy en día son casi la antítesis de este principio, en ellos la imparcialidad brilla por su ausencia.

Ganar audiencia a cualquier precio

Hay muchas formas de conseguir audiencia y los canales de televisión en España muestran las técnicas que usan para atraer televidentes todos los días. Quien tiene más audiencia puede generar más ingresos por medio de publicidad y es más influyente en los medios. Por estos motivos, tener audiencia es una de las prioridades de las cadenas. Pero, ¿vale todo para elevar el número de personas que sintonizan un canal?

Al parecer, el fin justifica casi cualquier medio en televisión. Cada vez hay más programas “basura” en los cuales lo único que sucede es que un grupo de personas intercambian gritos y alaridos a todo pulmón para hacer que su opinión personal prevalezca. Ejemplo de ello son todos los “programas del corazón”, en los cuales el número de decibelios alcanza límites preocupantes mientras hablan sobre temas de lo más irrelevante de gente conocida en los medios.

Por suerte, tal problema tiene fácil solución: bajar el volumen. Sin embargo, no hay forma alguna de exponerse a los “comentarios” que en dichos programas se transmiten sin sufrir algún efecto nocivo para la salud. La única solución es, por lo tanto, no sintonizar dichos canales. La telebasura no se limita a este tipo de programas, por desgracia. También hay shows en los que un grupo de adolescentes o jóvenes hacen locuras, se pelean, se emborrachan y – por algún motivo – son alabados como héroes del Olimpo por la audiencia. Tal vez ser atractivo sea motivo suficiente para ser aclamado, ¿será esta la razón de su éxito?

Debates no imparciales

Además, entra dentro de la telebasura todo aquel programa de debate cuyo objetivo no sea otro que ensalzar una ideología bajo la excusa de “debatir” sobre un asunto determinado. No voy a mencionar nombre, pues no creo que haga falta. Lo que sucede en estos programas es que se presenta una noticia o una situación sobre la cual se va a “debatir”. Acto seguido, todos los portavoces de cierta ideología manifiestan sus ideas, las cuales rozan la unanimidad. Hace presencia algún portavoz de otra ideología, quien también manifiesta su opinión para justificar que hay imparcialidad en el “debate”.

¿El resultado?

Desde luego, lo que acaba pasando es que todos empiezan a gritar para hacer que su opinión se superponga a la de los demás. Lo que también sucede es que la opinión de la mayoría se impone y acepta, algo que no es el objetivo de un debate, dicho sea de paso. Estos programas solo sirven para atraer a los partidarios de ciertas ideologías, quienes se regocijan viendo cómo cualquiera que ose pensar distinto es acallado. Pura telebasura en acción.


Por suerte, también han aumentado los programas de cocina, incluyendo los de tipo reality show. Creo que junto a los documentales, figuran entre los pocos programas que merecen la pena ser vistos en la televisión hoy en día.

César P.

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