10 de marzo de 2014

¿Esperar a los brotes verdes o actuar aquí y ahora?

Cada vez que puedo hablar con alguien sobre cuestiones laborales surge, en algún momento de la conversación, la frase “al menos tú tienes trabajo” y cada una de esas veces me pregunto: ¿a esto hemos llegado? Pues, en realidad, no es que yo tenga un trabajo en sí sino que he ideado una forma viable de obtener ingresos de forma constante. Digo viable porque no a todos les parecería aceptable pasarse todo el día fuera de casa para ganar dinero, o eso creo.

El caso es que yo no tengo trabajo, tan solo cubro una necesidad de servicio dando formación y apoyo a quienes lo necesitan, es decir, me dedico a dar clases. Pero nadie me contrata, soy yo mismo y el alumno quienes interactuamos. Supongo que esto me hace un autónomo, ya que, a fin de cuentas, la definición me parece adecuada. A pesar de ello, las personas a quienes les comento mis condiciones “laborales” no dejan de decir que tengo suerte.

Suerte de poder hacer algo en la situación actual, supongo. Y supongo que sí tengo suerte pero, ¿qué pasa con los demás? ¿Qué pasa con quienes no tienen esa suerte? Esperar a los brotes verdes que tanto aclama el gobierno no creo que sea buena idea, antes más bien deberíamos intentar hacer resurgir la maquinaria económica con nuestras propias manos. En primer lugar, buscando una forma actualmente viable de negocio.

En segundo, tributando a Hacienda. Sí, ya sé que parece muy difícil y muy cuesta arriba todo lo que digo pero no es imposible. La prueba de ello es que yo puedo hacerlo y no me considero ningún privilegiado en los negocios ni temas relacionados. Esto quiere decir que cualquiera con suficiente motivación también puede hacerlo. Cada uno de nosotros puede contribuir a sacar al país de la ruina con su granito de arena.

En cualquier caso, qué es mejor ¿quedarse en casa lamentándose o salir todos los días a buscar una forma de salir a flote? Creo que queda claro. A día de hoy, quienes tengan una capacidad de respuesta ante la situación actual del país sí que son los más fuertes de la selva y serán los que tiren para adelante. Esto no los hace mejores en algo, necesariamente, pero sí distintos: ellos emprenden.


Cada día que pasa estoy más convencido que ya que nadie me va a dar un empleo, emprender es la única forma viable de ganarme la vida. Y más adelante, ya veremos.

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