En el artículo anterior mencioné que la clave para conseguir ponerse en forma – siguiendo el
largo proceso que esto suele implicar sin abandonar por el camino – debía basarse
en el amor propio. Debemos separar este proceso en dos partes a trabajar por
separado y conjuntamente a medida que progresamos: la dieta y la actividad
física. En esta entrada hablaré sobre la dieta y sobre cómo bajar de peso sin pasar hambre.
Ideas erróneas. Las
dietas se asocian con la escasez de alimento y con pasar hambre como norma
general y equivocada. Hacer dieta no implica – necesariamente – pasar hambre ya
que para que una dieta sea saludable y nos ayude a bajar de peso hay dos factores
a tener en cuenta: la cantidad de alimento y la composición de la dieta.
Sobra decir que debemos intentar balancear los alimentos que
tomamos para obtener todos los nutrientes que nos hagan falta. La dieta
mediterránea es un buen ejemplo de dieta saludable y balanceada en la cual
encontramos muchos alimentos que son del agrado de casi todas las personas.
Empecemos por enumerar algunos hábitos e ideas erróneas habituales.
Comer menos no
produce necesariamente que una persona baje de peso aunque es innegable que hay
una relación entre el peso y la cantidad de alimento ingerido. Sin embargo,
también importa lo que se come y cómo se ingieren las comidas. Las dietas
que se basan en la reducción de alimentos solo producen una tortura enorme en
quien las sigue y es una de las principales causas de que terminen abandonando.
Evitar grasas y
dulces a todas costa puede ser una exageración. No podemos retirar ningún
alimento de nuestra dieta por completo ni descartarlo porque sea malo. Lo adecuado es ser razonable y
limitar la frecuencia con la que se
toman los alimentos menos sanos. Algún día te puede apetecer una porción de
pollo frito, ¿verdad? Comer lo que quieres no es del todo incompatible con
perder peso, siempre y cuando haya mesura.
Tomar agua en
exceso no ayuda a perder esos kilos de más y puede producir un desequilibrio en
nuestro organismo. El agua produce sensación de llenado pero eso solo es una
forma de autoengaño y el hambre, en realidad, no desaparece a largo plazo.
La dieta que sigamos
no debe reducir la cantidad de comida que ingerimos en gran medida. Lo que si
debe hacer es controlar los alimentos que tomamos. Debemos sustituir las
frituras por asados, cocina al vapor u otras opciones. Debemos evitar picar
entre horas y retirar en la medida de lo posible la bollería industrial de
nuestras comidas. Ahora en verano, es recomendable tomar frutas y verduras
frescas.
Seguir una dieta balanceada requiere tanto esfuerzo como
conseguir los alimentos que necesitamos y, acto seguido, ingerirlos. En
ocasiones, supone incluso un ahorro en la cesta de la compra ya que prescindiremos
de comida preparada o dulces. También debemos sustituir las bebidas gasificadas
por zumos o, simplemente, agua.
Finalmente, lo mejor que podemos hacer es huir de las dietas
milagrosas que prometen grandes resultados en poco tiempo. La mayoría de tales
dietas se basan en el desequilibrio que se produce al abusar de un alimento o
modificar la dieta de forma drástica unos días. ¡No es de sorprender que bajes
de peso en poco tiempo si te alimentas mal! Estas dietas no solo no producen resultados
a largo plazo sino que pueden provocar malestar en el organismo. Es mucho más
recomendable acudir al médico de cabecera o a un dietista para que nos
recomiende las pautas adecuadas.
César P.
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