Hace
unos años, cuando empezaba a medir mi edad con un 2 acompañado de
otra cifra, empecé a pensar en echarme una novia de un par de años
menos. La idea no solo surgió en mí sino también, y sobre todo, en
mi círculo de amigos. Sí, la tendencia de buscar novia más
joven empieza
desde tan temprano entre los hombres, ¡culpable! Por aquel entonces,
pensaba que era guay
eso
de tener una novia menor que yo por un par de motivos. Por una parte,
estaba cansado de que las muejeres de mi edad me rayasen y, por otro,
sentía algo de morbo al respecto.
Con el tiempo, la idea se difuminó un poco y quedo, hasta cierto
punto, en el olvido. Sin embargo, ante la perspectiva de poder
“elegir” la edad de nuestra pareja – seamos honestos – los
hombres las buscamos más jóvenes por defecto. No creo que a los
veintipico años se trate de buscar una chica que no haya sufrido los
efectos de la edad en absoluto, puesto que aún se es muy joven para
eso, en teoría. Lo curioso es que las mujeres de todas las edades
suelen buscar chicos mayores, desde los años de instituto en
adelante.
En menor número de ocasiones se ve el caso contrario. Siempre me he
preguntado a qué se debe este curioso fenómeno en el
emparejamiento. Hay quien lo achaca a la madurez mental y es posible
que ese sea el motivo pero, ¿es solo por eso? Cuando se está en el
instituto, se observa claramente que las mujeres maduran antes que
los hombres y este hecho se refleja en las parejas. Lo habitual era
ver a las chicas con novios uno o dos años mayores que ellas. Aunque
también era normal que tuviesen la misma edad, pero en muy pocos
casos en hombre era el menor de los dos. Curioso, ¿no?
Cuando
se tiene veintitantos años, se está en la edad adecuada para buscar
ligues de en torno a los 18 años. Tal vez por eso apareció esta
tendencia de forma espontánea en mi grupo de amigos. Sin embargo, la
diferencia de años se deja notar, a veces demasiado. Hablando con
amigas, me he dado cuenta de que las mujeres suelen descartar a un
hombre como pareja si éste no tiene cierta madurez umbral, es decir,
hay cierto mínimo en algún sitio. Hasta hace poco no era consciente
de que en los hombres puede pasar lo mismo, a pesar de que solemos
ser un poco menos
estrictos con los baremos.
El
anti-morbo es real y está a la orden del día, si prestamos un poco
de atención. ¿Nunca os ha pasado que veis a una chica muy guapa
hasta que empieza a hablar? ¿O lo de no poder aguantar la
conversación de una mujer extremadamente atractiva pero incapaz de
hilar dos frases coherentes? ¿No? A mí sí, y no mola nada. Es una
cortada de rollo en toda regla y de las de libro, si hubiese un libro
acerca de estas cosas de la vida. Igual a alguien le gustan las
personas así pero yo me veo incapaz de sentirme mínimamente
interesado en una mujer que carece del don de la palabra por muy
atractiva que pueda ser físicamente. Llamadme tiquismiquis.
Lo mismo sucede cuando las chicas evalúan a los hombres, eso es
harto sabido: si un hombre no puede sacar conversación, no hay nada
que hacer. Teniendo en cuenta este hecho, no resulta muy sorprendente
que el fenómeno se repita en ambos sexos. Ahora bien, creo que
varios de mis amigos suelen llevar este filtro desactivado, es
posible que no pretendan hablar con sus ligues. Con una novia, en
cambio, no veo la forma de no hablar aunque igual hay parejas así.
Tiene que haber de todo en la villa del señor, como dice algún
pasaje de la biblia.
César P.
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