15 de diciembre de 2014

El anti-morbo es real


Hace unos años, cuando empezaba a medir mi edad con un 2 acompañado de otra cifra, empecé a pensar en echarme una novia de un par de años menos. La idea no solo surgió en mí sino también, y sobre todo, en mi círculo de amigos. Sí, la tendencia de buscar novia más joven empieza desde tan temprano entre los hombres, ¡culpable! Por aquel entonces, pensaba que era guay eso de tener una novia menor que yo por un par de motivos. Por una parte, estaba cansado de que las muejeres de mi edad me rayasen y, por otro, sentía algo de morbo al respecto.

Con el tiempo, la idea se difuminó un poco y quedo, hasta cierto punto, en el olvido. Sin embargo, ante la perspectiva de poder “elegir” la edad de nuestra pareja – seamos honestos – los hombres las buscamos más jóvenes por defecto. No creo que a los veintipico años se trate de buscar una chica que no haya sufrido los efectos de la edad en absoluto, puesto que aún se es muy joven para eso, en teoría. Lo curioso es que las mujeres de todas las edades suelen buscar chicos mayores, desde los años de instituto en adelante.

En menor número de ocasiones se ve el caso contrario. Siempre me he preguntado a qué se debe este curioso fenómeno en el emparejamiento. Hay quien lo achaca a la madurez mental y es posible que ese sea el motivo pero, ¿es solo por eso? Cuando se está en el instituto, se observa claramente que las mujeres maduran antes que los hombres y este hecho se refleja en las parejas. Lo habitual era ver a las chicas con novios uno o dos años mayores que ellas. Aunque también era normal que tuviesen la misma edad, pero en muy pocos casos en hombre era el menor de los dos. Curioso, ¿no?

Cuando se tiene veintitantos años, se está en la edad adecuada para buscar ligues de en torno a los 18 años. Tal vez por eso apareció esta tendencia de forma espontánea en mi grupo de amigos. Sin embargo, la diferencia de años se deja notar, a veces demasiado. Hablando con amigas, me he dado cuenta de que las mujeres suelen descartar a un hombre como pareja si éste no tiene cierta madurez umbral, es decir, hay cierto mínimo en algún sitio. Hasta hace poco no era consciente de que en los hombres puede pasar lo mismo, a pesar de que solemos ser un poco menos estrictos con los baremos.

El anti-morbo es real y está a la orden del día, si prestamos un poco de atención. ¿Nunca os ha pasado que veis a una chica muy guapa hasta que empieza a hablar? ¿O lo de no poder aguantar la conversación de una mujer extremadamente atractiva pero incapaz de hilar dos frases coherentes? ¿No? A mí sí, y no mola nada. Es una cortada de rollo en toda regla y de las de libro, si hubiese un libro acerca de estas cosas de la vida. Igual a alguien le gustan las personas así pero yo me veo incapaz de sentirme mínimamente interesado en una mujer que carece del don de la palabra por muy atractiva que pueda ser físicamente. Llamadme tiquismiquis.

Lo mismo sucede cuando las chicas evalúan a los hombres, eso es harto sabido: si un hombre no puede sacar conversación, no hay nada que hacer. Teniendo en cuenta este hecho, no resulta muy sorprendente que el fenómeno se repita en ambos sexos. Ahora bien, creo que varios de mis amigos suelen llevar este filtro desactivado, es posible que no pretendan hablar con sus ligues. Con una novia, en cambio, no veo la forma de no hablar aunque igual hay parejas así. Tiene que haber de todo en la villa del señor, como dice algún pasaje de la biblia.

César P.  

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