18 de diciembre de 2014

Podemos cambiar


En España hay mucha gente cabreada desde hace años, y tienen un sinfín de motivos para estarlo. Desde que empezó el declive económico que llamamos crisis las cosas han ido de mal en peor. Sí, es posible que ya no se destruya empleo como antes o que se vean ciertas mejoras en diversos aspectos. Es innegable que ya no se cae sin freno al fondo del barranco pero de ahí a estar “bien”, hay un largo trecho. Aún es difícil conseguir un trabajo, y más todavía un trabajo bueno en la mayoría de los sectores.

Hay quien acepta lo que caiga, ya que no se puede decir que no. Se acepta lo que hay y se tira pa' lante, como se dice. Los despidos exprés siguen a la orden del día, la precariedad laboral está muy presente, se cotizan menos horas de las que se trabajan, etc. Estando así las cosas, no suena realista que el presidente de esta nación salga diciendo en los medios que la crisis ya es historia. Si la realidad que se vive en todas partes no es crisis, ¿qué es? ¿Gusto por la precariedad?

¡Venga ya! En este país tener un contrato indefinido es casi tan improbable como ganar el Gordo. Puede que dentro de poco lo segundo sea más fácil que lo primero, y ya es triste que se puede a llegar a pensar en tal posibilidad. Más triste es ver anuncios que nos actualizan la información sobre la pobreza infantil en España, acabo de ver uno que afirma que uno de cada tres niños será víctima de la pobreza. Acto seguido, solicitaba colaboración con las becas comedor.

Esta es, Sr. Rajoy, la situación actual del país que gobierna. A pesar de ello, Ud. afirma que la crisis es historia. Pues bien, ambos hechos son incompatibles. Luego, alguien miente. Quiero pensar que quienes elaboran un anuncio sobre la pobreza infantil usan datos acertados. Pero, ¿es posible que el presidente no esté diciendo la verdad? Tal vez el realmente crea que lo que dice es cierto.

Resulta preocupante pensar que quien dirige el país no usa información actualizada sobre asuntos tan importantes. No me extraña que haya tanta gente cabreada ahora mismo, hay demasiados motivos para estar indignado, como la corrupción en política, la interminable recesión económica, la subida de impuestos y algún que otro motivo más. La gente está tan enfadada con los políticos que son propensos a dejarse llevar por una respuesta emocional, son propensos a creer en alguien que afirma que Podemos.

Que los de izquierda lo hayan hecho mal y que los de derecha casi peor no es motivo suficiente para creer en promesas no respaldadas por hechos. Tampoco es justificación suficiente como para asirse a un clavo ardiente. Ni para negar el hecho de que las promesas por muy bellas que puedan ser si no se pueden cumplir, sirven tanto como soñar despierto. Sí, podemos salir de la recesión y también podemos mejorar este país. Podemos cambiar.

César P.

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