5 de febrero de 2015

Bajan la calidad y cantidad pero no los precios


Hay una regla no escrita pero que es bien sabida en el mundo empresarial, a saber, que los precios nunca bajan. Sin embargo, en algunas cadenas de restaurantes es muy evidente que la calidad de los ingredientes ha bajado mucho. Por si esto no fuese suficiente injuria para el comensal, la cantidad también se ha visto mermada seriamente en los últimos años. Pero los precios no han variado a pesar de que las modificaciones en los platos así lo requiera.

La gente sigue abarrotando las principales cadenas como si nada de esto supusiese un problema. Tal vez es que son poco exigentes con su comida. Puede que no les importe que les cobren lo mismo por platos que son de menor calidad que hace unos pocos años. Porque no es posible que no se hayan dado cuenta de que cobrar lo mismo por algo de menos nivel es dar gato por liebre, ¿verdad? Las grandes cadenas son las que más nos la dan con queso, como se suele decir, ya que bajan la calidad cuando les viene bien para aumentar los beneficios.

El consumidor siempre es el que sale perdiendo, ya que si quiere algo de mejor calidad, debe desembolsar ese dinerito que vale. Si, por el contrario, se resigna a lo que le venden a un precio más asequible, no será nada para tirar cohetes y dar saltos de alegría. Encuentro cierto descaro en como funciona el mundo de los macronegocios, el beneficio parece ser lo único que importa y al consumidor que le den... lo que compre.

Cada vez quedan menos opciones entre las que elegir si lo que buscamos es una relación calidad-precio aceptable. En cadenas como la de Vips, ya no se sirven platos como los de antes y en el Corte Inglés se venden artículos de calidad de los chinos pero a un precio mucho mayor. Hay que andarse con ojo para no comprar algo que realmente no valga el precio de su etiqueta, salvo cuando se trata de ciertas marcas que no se han visto afectadas por este fenómeno encarecimiento camuflado.

Prefiero que suban los precios un poco a que se vendan cosas por el mismo precio esperando a que nadie se dé cuenta de que no valen lo que cuestan. Al menos me parece más honesto subir el precio para mantener la calidad debido al paulatino encarecimiento de la vida. Sea cual sea el caso, los precios nunca bajan.

César P.

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