Hace tiempo que he
llegado a una desoladora conclusión y es que la cultura sale cara en
este país. Resulta frustrante comprobar lo que cuestan los libros de
texto en relación a los sueldos, y no solo me refiero a los de ESO o
Bachillerato, que son los baratillos, sino – sobre todo – los de
universidad. Tan solo un par de libros de universidad superan o
igualan el presupuesto de todo los que se necesitan en un curso de
Bachillerato, grosso modo. Y todos sabemos que no se necesitan
solo un par de libros para un curso de universidad...
Sí, existen las
bibliotecas y allí puedes conseguir prácticamente todos los libros
que necesitas durante el curso pero este sistema tiene sus
inconvenientes. El primero es obvio, tienes que limitar tu estudio al
tiempo de préstamo y/o renovación. El segundo puede sorprender un
poco pero está basado en hechos reales, en muchas facultades no hay
libros suficientes. Si quieres hacerte con ese libro
que hace falta para sacar la asignatura adelante, mejor que te
despabiles antes de que te adelanten otros. De lo contrario, ajo y
agua, como se suele decir.
Por
eso no sorprende que tantos universitarios tienen que recurrir por
fuerza mayor a las descargas de la Internet y a las fotocopias. Es un
clásico en España, ya que pocos pueden costearse todos los libros
que necesitan en un curso. Todos tiramos de libros que no nos
pertenecen para aprobar. Sin embargo, esto también tiene un
inconveniente: estamos recurriendo a la ilegalidad para
subsanar una situación que nos deja pocas alternativas. Desde luego,
estas opciones están justificadas pero sigue siendo ilícito actuar
así. Lo curioso del asunto es que si comentas esto con la gente te
miran raro, como si estuvieses criticando algo perfectamente normal.
En
efecto, hemos normalizado unas prácticas que no son legales
porque no queda otra. Esto produce pérdidas a los autores de libros
y al Estado por no recibir los impuestos que estas ventas generarían.
En vez de hacer más asequibles los libros a los alumnos, dan
preferencia a otros asuntos. Entonces, ¿no se pueden conseguir
libros a mejor precio?
Los
libros de universidad tienen poco mercado, ya que la mayoría son
especializados. Pero hay algo que se puede hacer al respecto: comprar
de segunda mano. Un libro es un artículo que no sufre mucho por ser
de segunda, siempre y cuando no se les maltrate mucho durante su uso.
En las facultades suelen haber anuncios de venta de libros usados por
precios realmente módicos, suelen ser casi regalados en comparación
a los precios originales. Lo habitual es que se trate de alumnos que
ya han finalizado sus estudios y quieren deshacerse de todos los
libros que acumularon durante la carrera.
Por
si fuera poco, grandes sitios como Amazon y similares ahora permiten
comprar libros usados por precios más asequibles. Incluso hay
algunas ofertas en este tipo de compras que pueden ayudarnos a
ahorrar dinero. Es posible encontrar libros especializados en este
tipo de páginas y siempre con la garantía que otorgan en todas sus
ventas. Otra solución es buscar libros de segunda mano en librerías
que se dedican a vender este tipo de artículos. El inconveniente es
que no suele haber títulos recientes sino que acumulan textos
antiguos.
En
cualquier caso, volviendo al tema de lo caro que sale leer, hay
alternativas para salir de esta diatriba. Cash Converters regala
libros usados por céntimos y hay un poco de todo, desde libros
infantiles hasta clásicos. Para quien solo busque leer algo bueno –
un público no demasiado exigente en el continente pero sí en
contenido – estas alternativas suelen ser aceptables.
En definitiva, si no leemos es porque no queremos.
César P.
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