15 de marzo de 2015

Cómo ahorrar dinero en libros (de forma legal)


Hace tiempo que he llegado a una desoladora conclusión y es que la cultura sale cara en este país. Resulta frustrante comprobar lo que cuestan los libros de texto en relación a los sueldos, y no solo me refiero a los de ESO o Bachillerato, que son los baratillos, sino – sobre todo – los de universidad. Tan solo un par de libros de universidad superan o igualan el presupuesto de todo los que se necesitan en un curso de Bachillerato, grosso modo. Y todos sabemos que no se necesitan solo un par de libros para un curso de universidad...

Sí, existen las bibliotecas y allí puedes conseguir prácticamente todos los libros que necesitas durante el curso pero este sistema tiene sus inconvenientes. El primero es obvio, tienes que limitar tu estudio al tiempo de préstamo y/o renovación. El segundo puede sorprender un poco pero está basado en hechos reales, en muchas facultades no hay libros suficientes. Si quieres hacerte con ese libro que hace falta para sacar la asignatura adelante, mejor que te despabiles antes de que te adelanten otros. De lo contrario, ajo y agua, como se suele decir.

Por eso no sorprende que tantos universitarios tienen que recurrir por fuerza mayor a las descargas de la Internet y a las fotocopias. Es un clásico en España, ya que pocos pueden costearse todos los libros que necesitan en un curso. Todos tiramos de libros que no nos pertenecen para aprobar. Sin embargo, esto también tiene un inconveniente: estamos recurriendo a la ilegalidad para subsanar una situación que nos deja pocas alternativas. Desde luego, estas opciones están justificadas pero sigue siendo ilícito actuar así. Lo curioso del asunto es que si comentas esto con la gente te miran raro, como si estuvieses criticando algo perfectamente normal.

En efecto, hemos normalizado unas prácticas que no son legales porque no queda otra. Esto produce pérdidas a los autores de libros y al Estado por no recibir los impuestos que estas ventas generarían. En vez de hacer más asequibles los libros a los alumnos, dan preferencia a otros asuntos. Entonces, ¿no se pueden conseguir libros a mejor precio?

Los libros de universidad tienen poco mercado, ya que la mayoría son especializados. Pero hay algo que se puede hacer al respecto: comprar de segunda mano. Un libro es un artículo que no sufre mucho por ser de segunda, siempre y cuando no se les maltrate mucho durante su uso. En las facultades suelen haber anuncios de venta de libros usados por precios realmente módicos, suelen ser casi regalados en comparación a los precios originales. Lo habitual es que se trate de alumnos que ya han finalizado sus estudios y quieren deshacerse de todos los libros que acumularon durante la carrera.

Por si fuera poco, grandes sitios como Amazon y similares ahora permiten comprar libros usados por precios más asequibles. Incluso hay algunas ofertas en este tipo de compras que pueden ayudarnos a ahorrar dinero. Es posible encontrar libros especializados en este tipo de páginas y siempre con la garantía que otorgan en todas sus ventas. Otra solución es buscar libros de segunda mano en librerías que se dedican a vender este tipo de artículos. El inconveniente es que no suele haber títulos recientes sino que acumulan textos antiguos.

En cualquier caso, volviendo al tema de lo caro que sale leer, hay alternativas para salir de esta diatriba. Cash Converters regala libros usados por céntimos y hay un poco de todo, desde libros infantiles hasta clásicos. Para quien solo busque leer algo bueno – un público no demasiado exigente en el continente pero sí en contenido – estas alternativas suelen ser aceptables.

En definitiva, si no leemos es porque no queremos.

César P. 

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