24 de marzo de 2015

Cómo ahorrar en Semana Santa


La semana santa llega en unos días y se presenta pasada por agua tal y como pinta el tiempo. Algo parece indicar que más de una procesión lo va a tener complicado para salir cuando le toque, si las nubes no se marchan. ¿Es posible disfrutar de una semana santa sin gastar mucho dinero? Desde luego que sí, con un poco de ingenio siempre podemos bajar el presupuesto sin recortar en ocio.

Cuando viajamos gran parte del presupuesto se va en el alojamiento, ¿cómo reducir este gasto? Es uno de los aspectos más claves de un viaje, hay dos posibilidades para gastar menos en alojamiento: viajar con amigos y viajar con la familia. Cuando toca a más partes para repartir, menos toca a cada uno, la cuenta es muy sencilla. Otra posibilidad es viajar en pareja, ya que dos personas ocupan poco espacio, y buscar alojamiento en casa de un conocido, amigo o familiar.

Lo que funciona para pocos números deja de servir cuando se trata de un grupo de personas, hay que tenerlo en cuenta. Pues bien, si conseguimos reducir el gasto en alojamiento de alguna forma, ya sea aprovechando una oferta, buscando algo entre varias personas o – por qué no – colándonos en casa de la abuela, tenemos mucho hecho. Pero siempre se puede mejorar, queda el tema del transporte, que depende de a dónde vayamos.

Hay una modalidad de viaje que consiste en compartir coche con otras personas que viajan al mismo destino en las fechas de interés. El problema es que suele ser difícil encontrar a alguien que se apunte o que nos apunte a su coche cuando se trata de destinos poco visitados. Sin embargo, cuando vamos a ciudades grandes la cosa es mucho más sencilla, el viaje se nos puede quedar en poco más que una propina en comparación al trayecto en bus.

En cualquier caso, los trayectos en bus no suelen ser demasiado caros a menos que atravesemos el país de cabo a rabo. Si conseguimos recortar en transporte, ya casi tendremos el viaje low cost con el que soñábamos. Finalmente, está el tema de la comida, ya que no podemos dejar de alimentarnos allí donde estemos. Si bien comer de bocata una semana puede ser una medida un poco extrema para algunos, aunque muy económica, tal vez no haga falta ser tan radical. Un buen truco es llevar algo de comida no perecedera desde casa, te sorprenderías de lo que puedes llegar a ahorrar en comida tan solo con esta práctica.

A todos los viajeros, ¡feliz semana santa!

César P.

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