29 de mayo de 2015

Cómo educar a los hijos para que les vaya bien en la vida

Ha llegado a mí un librillo sobre educación emocional hace un par de días que aún estoy leyendo cuando tengo un rato libre o cuando me apetece. Un poco más de lo segundo que de lo primero. El comienzo es interesante aunque no deja de ser un poco tostón por ratos. Además, el sentido del humor de los estadounidenses es un poco raro en ocasiones, especialmente cuando son psicólogos. El contenido es interesante cuando se separa la paja del grano.

Empiezan dejando claro que un padre no debe ser el “colega” de sus hijos, al menos no siempre. No se trata de ganar ningún concurso de popularidad sino de tener coherencia en la vida. Si predicas con el ejemplo, mejor que mejor, pero si no lo haces, la cosa puede acabar derribándose por su propio peso. El amor es fundamental para educar a los hijos, es la base más sólida sobre la cual construir algo en esta vida y estos educadores profesionales lo citan en primer lugar.

Sin embargo, no se puede (debe) dar amor a un hijo todo el tiempo. Se recomienda que se exprese este sentimiento cuando apetece y se evite dar amor por obligación o cuando las circunstancias no son adecuadas (cuando la otra persona no está receptiva, por ejemplo). Después, hay que poner límites pero no de forma que se conviertan en una pared infranqueable, hay que negociar. Si somos razonables, las cosas funcionan mejor, si somos autoritarios, nadie querrá hacernos caso.

Y, ¿qué mejor que un adolescente obedeciendo porque le apetece? ¿Os imagináis? Bueno, no es imposible aunque la docilidad en ciertas edades de difícil de conseguir y aún más de mantener. Nadie dijo que fuese un trabajo fácil. Ser padre es un curro de 24 horas al día, hay que dar ejemplo, hay que ser responsables, hay que estar atentos de lo que necesita el hijo/a, etc. Sin embargo, la recompensa es la satisfacción de ver a nuestros vástagos felices y, de paso, a nosotros mismos.


Hay otros pilares importantes en la educación emocional, como tener cierta empatía. Saber cuándo decir o hacer algo para que sea efectivo es más importante que la perfección con la que se realice. Curiosamente, esto se aplica en otros ámbitos de la vida, ¿o es que a alguien se le ocurre pedir un aumento al jefe el día que se le muere el perro o justo cuando le han puesto una multa de tráfico? 

Por cierto, el título del librillo es “Cómo educar a tus hijos con inteligencia emocional”, hay muchos sobre este tema aunque algunos son más fáciles de leer que otros. Por no mencionar que hay libros que solo te recomiendan dar amor a todas horas, eso no funciona, aviso a navegantes.

César P.

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