28 de septiembre de 2015

Las elecciones al Parlamento catalán de 2015


Las ansias nacionalistas de algunos catalanes están rozando la irracionalidad. Haciendo un simple análisis de la situación global post hipotética independencia catalana, la única conclusión es que nadie saldría beneficiado. Por una parte, los catalanes residentes en la región estarían fuera de Europa automáticamente. Sí, de pronto España se ahorraría los gastos de mantener la región pero también perdería uno de los centros económicos más relevantes del país. En resumen, tanto unos como otros saldrían perjudicados.

Además, qué coño es eso de que de pronto una región se escinda de España. De pronto todo el mundo quiere tener su propio país, un aeropuerto personal y un sinfín de beneficios personales. No puede ser. A los nacionalistas habría que pararles los pies y rápido. Sin embargo, parece ser que con lo de la libertad de expresión y demás, las autoridades se lo toman con calma. Hasta hace poco, no ha habido medidas para limitar las acciones que se toman en este sentido. No lo sé, igual soy el único que cree que todo esto de romper España en varias naciones es una insensatez.

Ahora conocemos los resultados electorales de Cataluña y no parece que vaya a haber rienda suelta al separatismo. Resulta inquietante para los del PP que hayan perdido tanta fuerza en la región, de paso. Por otra parte, el señor Mas no ha conseguido la mayoría que ansiaba para hacer realidad sus ansias de gobernar un nuevo país. Sin embargo, esto todavía no es el último capítulo de un libro tan aburrido como cansino. Cuando no les sale algo bien, persisten. Son como el del anuncio de seguros que empieza diciendo: “Permíteme que insista...”

¿Hasta cuando seguirán dando bandazos con lo de la dichosa independencia? Eso es una incógnita que deberemos despejar por el método más largo: esperando. Lo que queda claro es que no debe haber tantos nacionalistas como Mas intentaba hacer creer tal y como les ha ido en estas elecciones. En realidad, aunque han conseguido comer el tarro y vender la moto a muchos, siempre quedará gente sensata. Lo pinten como lo pinten, para el país perder cualquier región resultaría perjudicial.

Hay muchos temas de mayor importancia que tratar ahora mismo, como mejorar las condiciones de trabajo o paliar el fracaso escolar. Sin embargo, seguimos perdiendo el tiempo con chorradas que toman mucha acogida de los medios. En cierta forma, una buena solución sería pasar del asunto por mucho bombo y platillo que quieran darle algunos. Además, ¿no sé supone que es ilegal plantear la separación de cualquier región española? No entiendo como sigue en marcha el asunto.

César P.

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