9 de octubre de 2015

Llega el momento de leer 50 libros de Filosofía


Desde hace un tiempo aquí vengo pensando que mi cuota de lectura está un poco baja. Por lo tanto, he decidido hacer algo al respecto y ya que acabo de completar una colección de 50 libros de filosofía, ¿por qué no aprovechar la ocasión? Tal vez sea una medida un tanto drástica pero sin duda debería aumentar mi nivel de cultura considerablemente echarle un repaso a tantas obras literarias. La única pega que le veo a este asunto es que me va a llevar mucho tiempo leerme todos esos libros, ya que son cada cual más tocho.

La compilación de los grandes pensadores de todos los tiempos de RBA sin duda me ofrece largas horas de lectura. Ya puestos a considerar este reto, ¿por qué no marcarme un objetivo, digamos, ambicioso? Pues ya que el año tiene 52 semanas grosso modo, y yo tengo 50 libros las matemáticas son muy simples. Me toca leerme cada una de estas obras por semana. Lo bueno es que algunos libros son menos gruesos que otros, así que la extensión está repartida de cierta forma. Se puede considerar que todos los libros tienen una extensión media aproximadamente igual.

Ahora bien, habría que dedicarle un rato diario a la lectura para llevar el ritmo adecuado. Por no mencionar que la reflexión también debe ser el pan de cada día, ya que de otra forma de qué serviría estar leyendo filosofía, ¿verdad? Si tengo en cuenta que ahora tengo las mañanas entre semana libres, es factible pero también tengo que dedicar cierto tiempo a trabajar desde casa y, como no, a echar algunas partidas en el ordenador. Podría quitar tiempo a esto último y favorecer la lectura pero cuando tenga que hacer cosas habrá mucho tiempo del que no dispondré para leer inevitablemente.

Luego, también debería dedicarle algún tiempo por las tardes. Lo bueno es que cuando voy en el metro puedo aprovechar para leer pero siendo realista no siempre está la mente para pensar en asuntos trascendentes como la filosofía. A veces estoy tan dormido que lo único que puedo hacer es mirar el móvil y aspirar a no pasarme de parada. Y ya es mucho. Pero quién sabe, igual se me hace la mente a ello. Creo que si acompaño todo esto con un poco de ejercicio regular podré entrenar completamente mi mente y cuerpo. ¡También podría hacer pesar con los libros!

César P.

No hay comentarios :

Publicar un comentario