21 de octubre de 2015

Nochevieja universitaria 2015

Hace tiempo que no salgo de fiesta, quien me viera y quien me ve. Tuve una época de desfase en la cual mi cuerpo y mente estaban, nunca mejor dicho, en asincrónica convivencia. Vamos, que salía mucho de fiesta y todo eso. Sin embargo, hace ya años de eso, ahora llevo una vida más relajada y retirada de la noche. Apenas he quedado para tomar unas cañas este año, tampoco sé lo que le pasa a la gente con ese tema. Cada vez ponen más excusas para no salir a pasarlo bien, ¡no lo entiendo!

Puede que nos estemos haciendo mayores y las cosas hayan cambiado un poco pero creo que algunas buenas costumbres no deberían dejarse de lado en absoluto. En esta línea, algunos de mis amigos mantienen una vida bastante más “divertida”. Ya me entendéis. Este año toca Nochevieja Universitaria en Salamanca y la verdad es que me ha gustado mucho el plan. Estoy considerando apuntarme en el último momento, o sea unos dos meses antes, al plan. Nunca he tenido ocasión de ir por tierras salmantinas sobre esas fechas.

En realidad, recuerdo uno de los viajes con los colegas que fue especialmente memorable, tuvo lugar en Salamanca. Fue uno de esos recorridos birrísticos – nos tomábamos una birra en cada esquina mientras veíamos la ciudad – que tanto nos caracteriza cuando nos juntamos. Me resulto un lugar bastante agradable y con mucho ambiente en el cual puedes pasártelo bien en todas partes. El rollo era muy acogedor, los precios no estaban mal y, en general, la noche estuvo muy bien. Hasta hice algunos amigos mientras deambulábamos de bar en bar.

Una cosa que me llamó la atención es que nos dejaron sentarnos en una terraza con lo que teníamos en la mano. Nos acabamos las bebidas que traíamos y después pedimos algo en aquel pub. ¡Tanta amabilidad! Eso no se ve en Madrid, donde como te acerques con una cerveza en la mano te miran con cara de “venga ya, tira eso o no te molestes en mirarme”. Por no mencionar cuán bordes son en la mayoría de garitos de la capital.


En resumen, salir de fiesta mola. Y mola más en otras ciudades donde el ambiente es distinto. Combinar estas experiencias te permite relajarte de una forma más profunda de lo que puedes conseguir en tu ciudad, donde ya sabes lo que hay en la mayoría de los sitios.

César P.

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