6 de enero de 2016

Llegan los reyes de 2016

A veces me gustaría volver a ser un niño despreocupado por los asuntos de la vida. Ser adulto es un rollo infumable en ocasiones. O sea, no está mal eso de hacer lo que quieras cuando puedes pero hay tantas responsabilidades que acabas quemado y no con poca frecuencia. Hacerte mayor no mola tanto como los críos piensan, las obligaciones aumentan y pueden acabar dirigiendo nuestras vidas de una forma que no queremos.

Este año, parece que me han visitado los reyes aunque no lo descubriré hasta la noches, cosas que pasan. El resto del día, me toca retomar trabajos pendientes con las pocas ganas que tengo de hacer nada. Encima, el tiempo no ayuda. Cuando los días están nublados acabo con una morriña que no me abandona durante buena parte de la jornada.

Supongo que toca hacer algo de evaluación sobre 2015. Bueno, creo que me he llevado muchas sorpresas el año pasado. Mi vida ha dado un giro impresionante y nada es como antes. Nada volverá jamás a ser como antes, ya que esto de ser padre en un par de meses como mucho no tiene vuelta atrás. Estoy al menos tan emocionado y expectante como nervioso. Lo que tengo a mi favor es que siempre he tenido seguridad en lo que hago, ¡incluso cuando me equivoco!

Por ello, pienso que lo haré bien, que aprenderé rápidamente y me adaptaré como siempre he hecho. Aún así, resulta intrigante, ya que no sé bien lo que va a pasar. Es una aventura que hay que vivir en la vida y está a punto de empezar para mí. Otra historia es el trabajo que me tiene tan ocupado casi siempre. Lo bueno es que puedo dormir cuanto quiero, lo menos bueno es que debo echarle horas.

Supongo que a todos nos pasa en cierta forma a menos que ganemos El Niño de chiripa. Aún no ha pasado así que hasta el próximo año nada. Y, por ahora, solo queda retomar el trabajo. Eso sí, no dejéis de hacer una buena pausa hoy para disfrutar de los Reyes, que vienen solo una vez al año y no hacen daño. Bueno, un poco al bolsillo pero si lo acogemos de la forma adecuada mejor. Es como cuando te echan una foto casi sin avisar, intenta sonreír y salir del paso. Luego, cárgate al fotógrafo pero que parezca un accidente.


¡Quiero ver mis regalos ya!

César P.

No hay comentarios :

Publicar un comentario