7 de mayo de 2013

El polen llega a España


Contamos con satélites en órbita y millones de móviles denominados smartphones que hacen de nuestra vida algo que nuestros padres o abuelos nunca imaginaron hace tan solo unos años. Sin embargo, a pesar de alarde tecnológico que nos rodea hay aún muchas cosas que no podemos controlar.


Una de ellas es el clima. Y vaya que si no podemos hacer nada al respecto, salvo sufrir los caprichos de las fuerzas de la naturaleza. Así, hace poco hemos visto cómo las lluvias inundaban diversas ciudades de España causando gran cantidad de destrozos materiales y algunas pérdidas humanas, también.

Por si no fuese poco el caos que han causado las aguas y la ola de frío que nos visitó hace pocos días en la Península ahora vemos una de las consecuencias: el polen. La abundancia de agua ha creado auténticos paisajes exultantes de verdor en muchos lugares. Las plantas aprovechan el agua sin perder ni un día. 

En cuestión de horas un paisaje puede cambiar completamente debido a las lluvias.
En esta línea, los árboles se desarrollan en un gran ritmo cuando llueve a cántaros. Por ello, el polen aumenta en gran medida como consecuencia. Así, a día de hoy podemos apreciar una gran cantidad de polen en el aire, tanto si lo vemos como si no. También hay semillas volando de un lado a otro durante las horas de sol.

El bienestar de las áreas verdes siempre es algo positivo, por no mencionar la gran reserva de agua con la que cuenta España actualmente. No veremos ninguna sequía en los próximos meses pero si estamos sufriendo las consecuencias de tanta agua. Parece ser que en la naturaleza nada bueno viene sin alguna desventaja.

Las alarmas han saltado en más de una provincia por este incremento del polen en el aire. Muchas personas disfrutan del aire libre y los espacios verdes pero los alérgicos pueden acabar en el hospital si respiran el aire cargado de semillas y polen que vemos en varias localidades.

El polen pulula en el aire y, normalmente, es difícil de percibir con la vista a plena luz del día. Pero el olfato puede detectarlo en un momento. En grandes cantidades, puede causar irritación de las fosas nasales incluso en personas no alérgicas. Aquellos menos afortunados que padezcan de alergia solo necesitan una cantidad reducida para empezar a mostrar síntomas desagradables.

En los peores casos, estas situaciones pueden acabar muy mal y causar más de un susto. No en vano a veces vemos personas caminando por la ciudad con mascarillas. Las alergias a las gramíneas y, en general, al polen no son ninguna broma. Hay personas que no pueden pasear libremente por donde quieran sin sufrir las consecuencias de respirar ese aire.

Por lo tanto, aquellos que tengan antecedentes o riesgo de alergia severa deben de extremar las precauciones durante las horas de sol, sobre todo. No dejemos que un paseo por la ciudad o el campo termine siendo una de las peores experiencias de nuestra vida.

César P.

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