10 de marzo de 2015

Empezar a desplazarse en coche


Hace años que no conduzco, si bien tuve alguna ocasión después de sacarme el carné ha pasado ya tanto tiempo que me llevará cierto trabajo recordar los truquillos que se aprenden con la experiencia. Lo bueno de conducir es que no se olvida, se vuelve a empezar un poco a trompicones después de un tiempo sin practicar pero es como montar en bici, siempre se consigue tirar pa' lante de alguna forma. Si es sin llevarse a nadie por delante, mejor que mejor.

Casi toda mi vida me he desplazado en transporte público salvo cuando alguien ha sido tan amable de llevarme en coche pero actualmente me encuentro en la tesitura de pasar a desplazarme en cuatro ruedas con cierta urgencia. Mi rutina diaria es un ir y venir de un sitio a otro, un no parar. Así las cosas, y tras echar las debidas cuentas, creo que el incremento en gastos se vería recompensado con el aumento en comodidad.

Además, al desplazarme en coche propio perdería menos tiempo, un recurso que nunca debe subestimarse, ya que el tiempo es – en realidad - lo único que no podemos recuperar en esta vida, sin contar la vida misma, claro está. He llegado a la conclusión de que me hace falta agilizar mis desplazamientos, para lo cual necesito una óptima combinación de coche propio y abono transportes. Este cambio, como poco, duplicaría mis gastos mensuales en transporte pero ganaría tiempo por todos lados.

¿Y qué gano yo teniendo más tiempo? Pues dos o tres cosas: 1. más tiempo libre 2. más tiempo para estudiar y 3. más tiempo para trabajar. Y eso que solo he tenido en cuenta lo principal, no hablemos ya de ir a hacer la compra o hacer algún viajecillo improvisado que - ahora sí – sería posible al disponer de un vehículo. Ganar tiempo en esta vida, o disminuir parcialmente aquel que perdemos en desplazamientos, no es baladí.

Como aprovechar el tiempo extra para hacer que esta mejora en mi calidad de vida sea rentable en todos los aspectos depende solo de mí y de como me las apañe, eso es el mejor caso posible teniendo en cuenta que en esta existencia mortal la mayoría de las cosas que suceden están fuera – o, incluso, fuerísima – de nuestro control.

Lo único que pierdo, y esto no es del todo cierto, al hacerme con un coche es dinero. Y digo que no es del todo cierto porque puede ayudarme a ganar más dinero mirando el asunto con perspectiva a largo plazo. Sin embargo, estaré contribuyendo en mayor medida a contaminar el aire que respiramos, esto es otro inconveniente que para muchos puede ser irrelevante pero a mí me da que pensar. En el otro lado de la balanza está el tiempo, ¿vale la pena aprovecharlo al máximo?

Si consideramos el poco tiempo que tenemos en la vida, la respuesta unánime debe ser que sí. Es... inevitable.

César P.

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