24 de abril de 2015

Como exprimir cada momento presente


Las personas nos diferenciamos del resto de seres vivos por nuestra autoconsciencia. Aquello que nos permite entender mejor el mundo también es un inconveniente, ya que somos los únicos seres vivos del planeta que podemos estar anclados en el pasado o en el futuro. Pensar en el pasado suele conllevar remordimiento y pensar en el futuro por lo general trae preocupación. Si haces cualquiera de estas dos cosas, lo más seguro es que no puedas disfrutar de la vida sino que la estés dejando pasar sin que te proporcione felicidad.

Entonces, ¿cómo dejar de lado esos malos hábitos que nos quitan momentos de felicidad? Por experiencia, debo confesar que no es tarea fácil. Todos hemos tenido etapas de nuestra vida en la que el remordimiento por algún error nos ha consumido por dentro y también, posiblemente, habremos vivido periodos dominados por la preocupación por el mañana. ¡No debí hacer eso!, ¡tengo que ahorrar para el futuro! ¿Te suena? Son las frases que nos aprisionan a los tiempos que no son el presente.

Desde chico me han gustado siempre los perros. Siempre parecen muy felices y no es por casualidad. Los perros no experimentan el tiempo de la misma forma en la que lo hacemos nosotros, no se angustian por tener algo en el banco para mañana ni porque hicieran sus necesidades en un sitio prohibido. No se flagelan por haber mordido tus zapatillas ni se castigan a sí mismos por comerse todas las galletas hoy y no dejar ninguna para la próxima semana. Viven el presente la mayor parte del tiempo, algo que nosotros parecemos no hacer tan a menudo.

Sin embargo, no todo está perdido. Las personas también podemos disfrutar de cada momento presente sin que nada nos lo impida: el truco está en tener el estado mental adecuado. Si no estamos dispuestos a pasarlo bien mentalmente, aunque las condiciones sean favorables encontraremos la forma de boicotearlo todo para acabar pasándolo mal. En realidad, todos sabemos que no se puede cambiar el pasado pero aún así en ocasiones nos come el remordimiento por algo que pudimos hacer mejor, algo que no hicimos o cualquier cosa que podríamos haber hecho de otra forma.

¡Por mucho que lo pensemos el pasado no va a cambiar! Tal vez puedas pensar que si piensas en el futuro sí lo modifiques. Así conseguirás ahorrar para el día de mañana y todo te saldrá como imaginas. En realidad, es casi igual de falso que pensar en el pasado. Si dedicas mucho tiempo a castigarte por no ser un buen ahorrador (o la preocupación de turno), estarás dejando de hacer lo que de verdad deberías hacer, serás menos eficiente y, lo más importante de todo, estarás condenándote a la infelicidad. ¿Vale la pena?

Lo más razonable es adoptar una postura intermedia en ambos casos, ya que tampoco se trata de pasar del tema por completo para vivir una felicidad utópica. Pero exagerar no ayuda, arrepentirse no ayuda y preocuparse, tampoco. Es mejor disfrutar del presente en la medida de lo posible y aprender del pasado para evitar algunos nuevos errores. ¡Tampoco podrás evitar cometer errores!

César P.

No hay comentarios :

Publicar un comentario