3 de marzo de 2013

¿Quién entiende a los alemanes? (III)


En esta tercera entrega vamos a hablar de los verbos en alemán, pues también se las traen. Recordaremos haber ido alguna vez por el camino de la amargura con los phrasal verbs (frases verbales) del inglés, esos verbos cuyo significado cambia radicalmente al ir acompañados por una preposición.

Solo para refrescar la memoria, recordemos el verbo give, que significa dar, y veamos que pasa cuando lo unimos con up (arriba). Pues tenemos give up, que significa darse por vencido o rendirse. La única forma de aprender esto es memorizando cuando y cómo usar este tipo de verbos.

Existen, como no, los verbos con preposición en alemán. Aquellos cuyo significado varía en función de la preposición que los acompaña. En español no tenemos nada así, por lo que hay que memorizar dichos verbos y aprender a usarlos cuando sea oportuno. O sea, más memorización.

Cabe notar que la traducción literal de uno de estos verbos es inútil y, de hecho, induce a error, y de los graves. Lo más habitual es llegar a un sinsentido si se intentan traducir literalmente. Por eso recalco que debemos aprender cuando usarlos, no solo su significado, pues en algunas situaciones que nos parezcan lógicas – pensando como hispanohablantes - pueden no ser adecuados.

Un ejemplo sencillo de uno de estos verbos es mitkommen. Por una parte mit es la preposición con y kommen es el verbo venir o llegar. Y no, ese verbo no significa convenir. Más bien significa acompañar o seguir. Así, vemos un ejemplo sencillo de cómo puede cambiar el significado de un verbo con una preposición que lo acompañe. No hay que confundir estos verbos con los preposicionales.

Este tipo de verbos son los que necesitan de una preposición para tener su significado completo. Ejemplos de esto son los verbos abbringen von y arbeiten an, disuadir de y trabajar en/de, respectivamente. Estos verbos tienen sentido acompañados de las preposiciones adecuadas ya que de otra forma cumplirían bien su función. Sería como decir “háblame eso” en vez de decir háblame de eso y otros casos parecidos.

Así, podemos ver que aprender verbos en alemán requiere repetición, persistencia y memoria, mucha memoria. Memoria de elefante. Es un proceso lento a lo largo del cual hay que aprender cómo y cuando usar cada verbo.

Con la memorización obtenemos la habilidad de usar los verbos necesarios en este idioma. Es imposible hablar alemán sin usar las frases verbales o los verbos preposicionales. Ambos tipos de verbos se deben aprender de memoria, al menos al principio. He aquí el motivo de su complejidad, pues memorizar palabras y estructuras para nada familiares lleva su tiempo y requiere esfuerzo continuo.
A nuestro favor hay dos cosas. Por un lado, las estructuras gramaticales son de una forma y eso va a misa. Una vez se aprende una estructura eso es y será así hasta el final de los tiempos. Para siempre. Así, cuando aprendamos una estructura gramatical de forma adecuada la dominaremos.

En contraste con nuestra flexibilidad de poner el orden de las palabras de varias formas dentro de una frase en español, en alemán no se pueden cambiar de lugar las palabras con tanta versatilidad dentro de una frase. Es recomendable no intentar decir las cosas tal y como haríamos en español sino que debemos adaptarnos a la forma de decirlo en alemán. Hay que pensar en alemán para dejar de sufrir al estudiarlo.

Desde luego, hay muchas formas de decir las frases más frecuentes. Podemos hacer las analogías pertinentes con las frases en español. Ejemplo de ello son las siguientes frases:

Ich bin César. (Soy César).
Ich heiße César. (Me llamo César).
Mein Name ist César. (Mi nombre es César).

Fácil, ¿verdad? Y es que aprender lo elemental no es más complicado que empezar en cualquier otro idioma. Pero cuando entramos en estructuras más complicadas es cuando realmente vamos a golpes con el alemán.

Por ello, debemos realizar bien el proceso de aprendizaje desde el principio, en especial el de los verbos en alemán, para avanzar en el estudio de este idioma lo más rápido posible.

César P.

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